A dos años de la muerte de Chávez, millones continúan viviendo a través de su pensamiento y legado, que dejó una huella en el corazón de muchos
El arañero que llegó a presidente
Hugo Chávez Frías fue un millonario jurado, “forrado” en amor, mas no en dólares, como quisieron hacernos creer sus enemigos. Fue el millonario enriquecido con los afectos y quereres de los seres humanos que en Venezuela y el mundo lo siguieron, rieron y lloraron.
Aún hoy, dos años después de su muerte aquel cinco de marzo pasadas las cuatro de la tarde, millones continúan viviendo a través de su pensamiento y legado bolivariano, que dejó una huella en el corazón de muchos.
Y es que detrás de cada número, el “arañero de Sabaneta”, como él mismo se definía, veía corazones que regresaban a la esperanza, después de décadas de miseria y desprotección de los gobiernos de la IV República.
Desde su alma profunda y noble de los llanos venezolanos, el Comandante-Presidente de los pobres, entregó su vida por las causas más justas y nobles, no solo de su país, sino también de América Latina.
Telúrica y sublime fue su acción política y humana, digna solo de los grandes patriotas que luchan por las causas más nobles de la humanidad, junto con sus pueblos, y ser hacedores de una obra de justicia.
Incansable, Chávez fue el hombre de los millones de abrazos; los daba, recibía, y compartía el jolgorio y la tristeza de mujeres, niños y ancianos.
Cada día, por donde pasaba como un huracán, hacía sentir su presencia, como aquel poema de Alberto Arévalo Torrealba, “Por aquí pasó”. Y tal como lo recitaba, hoy el pueblo canta al Bolívar del siglo XXI:
“Por aquí pasó compadre, / hacia aquellos montes lejos. / Por aquí, vestido de humo, / mi general que iba ardiendo, / fue un silbo de tierra libre / entre su manta y sus sueños. Por aquí pasó compadre, / hacia aquellos montes lejos”.
Ahora se escucha en el mundo: “¡Por aquí pasó, Chávez, compadre, hacia aquellos montes lejos! / Artista labrando pueblos, / Hombre retoñando patrias / Picando glorias, ¡tropero!…”
Orgulloso de su llano querido, de la Barinas natal de sus amores, gritaba a los cuatro vientos su esencia sencilla, “pata en el suelo” como nació y orgulloso de serlo. Su nave zarpó de esta vida dejando una ruta que el pueblo corea con fuerza: ¡Chávez vive, la lucha sigue!
En Cuba vivimos al Hugo amigo, el mejor de todos, el incondicional con esta Isla, con Fidel, a quien nunca se le vio reír tanto como cuando compartían sueños.
En una carta hermosa de hace algunos años, el líder de la Revolución bolivariana, al final, luego de su firma y un ¡Hasta la victoria, siempre! de esos que calan, escribió de su puño y letra:
“Hace poco, en medio de circunstancias muy difíciles, llegué a La Habana como a la media noche, procedente de Caracas. Y de inmediato, el mensaje de Fidel: ‘Díganle a Chávez que yo estaba en Venezuela y acabo de llegar a Cuba’. Así somos…”Y es que así son esos dos hombres: dos “diablos”, como el líder venezolano los calificaba.
Su humildad y humanidad –a prueba de balas– hizo que un pueblo millonario lo siguiera desde aquel “por ahora” del levantamiento militar del 4 de febrero de 1992.
Un ser excepcional. Siempre con su tacita de café cerca y su mano por encima del hombro de cualquier necesitado. Como aquella tarde, que caminando por los alrededores de Miraflores, en busca de espacios para construir nuevas viviendas, se encontró con un joven de la calle, alcohólico, y allí se paró a escuchar de su vida y a tratar de convencerlo de que se dejara ayudar.
o soñó, con la fuerza de millones, está en cada persona que salió de la pobreza durante sus 14 años de gobierno. Chávez son millones de manos que rezaron para que “Diosito me lo sane”.
Aún cuando no está más entre nosotros, con su voz de Comandante, la pelea del pueblo bolivariano no termina, continúa todos los días, porque Chávez enseñó a su gente a ser Chávez.
Porque se fue invicto, Hugo Chávez seguirá siendo para todos el llanero millonario, el de las cientos de bromas, el que cantaba mal, pero bonito, porque lo hacía con el corazón, el cuentero de pura cepa que sembró el chavismo en multitudes de almas.
Nuevamente quiero recordar lo que escribí el propio dia de su fallecimiento:
“VIVIRÁS POR SIEMPRE”
¡ Oh Chávez!
Haz despertado los pueblos de américa, los pueblos oprimidos, los pueblos de la patria grande.
Tu vida y tu legado renacen en los hijos de américa, en los revolucionarios, en los amantes de la paz, en los que reclaman libartad, en los que sueñan por un mundo mejor.
Hoy tú cuerpo se convierte en ideas, en esperanzas, se convierte en millones de seres humanos, se multiplica entre nosotros.
Las lágrimas que por ti hemos derramado hoy, llenarán un océano de unidad, será el puente de la amistad, será el abrazo fraterno de los revolucionarios.
¡ Oh Chávez!
Eres tan nuestro como nosotros mismos, eres un hijo de Fidel, eres un soñador despierto, eres un visionario sin fronteras.
Quedarás como guía de la grandeza, colmarás las grandes multitudes, ondearás en nuestros actos y permanecerás luciendo por tu ejemplo.
Ahora se llorará por ti, mañana y siempre, serás un legendario guerrillero, serás el humilde comandante –presidente.
Harás brillar la luz, serás la fe, serás el ídolo, serás tu propio pueblo.
¡ Oh Chávez!
Para que llorar, si morir por la patria es vivir, si ofrendar la vida por el mundo y su bienestar, es hacer caminar , es hacer cantar , es hacer reir, es cultivar el amor , es defender al hombre, es la justicia demostrada, es la esperanza y es el honor.
¡ Oh Chávez!
No morirás, serás eterno entre nosotros.
Manuel Rodríguez Rendón
Sancti Spíritus. Cuba
6 de marzo de 2013.
La vigencia de Chavéz perdurará en el tiempo y en la memoria de los cubanos.
¡ Gloria eterna Comandante eterno!