Pobladores de esa localidad, en el lomerío trinitario, a fuerza de iniciativas encuentran una manera de hacer un verano muy propio
Ni siquiera quienes viven en las entrañas del centro histórico de la capital espirituana se atreven a decir que tienen un programa recreativo garantizado, por eso la expresión escéptica de los visitantes cuando, sin miramientos, un hombre de más de 65 años como Máximo Fernández Escobar, a quien ni siquiera le gustan mucho los jolgorios, asegura: “Condado tiene su propio verano”.
“Este no tiene precedentes en la historia del pueblo. Por primera vez en la vida veo que se hacen actividades con sistematicidad, incluso pיa nosotros los más viejos que hasta conversatorios con combatientes hemos tenido. Nos sentimos bien con eso. Y pa’ que sepan, hacía más de 35 años que no se hacía una gala cultural en lugares como Méyer, todo el mundo quedó sorprendido”, cuenta Máximo, que en silencio saca sus cuentas hasta saber cuándo le toca otra vez un viaje a la playa.
CULTURA VERNÁCULA
Mucha gente ayudó a Arnaldo Fonseca a confeccionar el programa, en el cual no venían orquestas nacionales ni grandes espectáculos que llegaran hasta los rincones casi siempre olvidados de la montaña, allí donde por problemas de economía o por facilismo, dicen por allá, se ve muy poca o ninguna diversión.
“Tenemos una Comisión de Recreación integrada por trabajadores de la Casa de la Cultura, el Inder y las organizaciones políticas y de masas que ha trabajado con seriedad desde el propio inicio del verano. Ese día el pueblo pudo disfrutar de un festival artístico que tuvo la particularidad de que, después de muchos años desaparecido de los escenarios trinitarios, se rescató La culebra, baile folclórico que tiene más de 150 años y es oriundo de Condado”, aclara Arnaldo.
Instructores de arte, aficionados, trovadores, solistas y humoristas conforman una Brigada Artística que, al decir de muchos, es un privilegio en un lugar donde no hay que esperar que “importen” un grupo musical para festejar.
“Al contrario, además de dar giras por todas las comunidades del Consejo Popular e incluso en otros como El Algarrobo, los domingos realizamos actividades en la playa Ancón hasta que culmine la etapa veraniega. Lo mejor es ver cómo esas personas que conoces se motivan cuando les ofreces tu arte”, explica Claro Roberto Durán, integrante de la brigada.
PROGRAMA CON TODO INCLUIDO
Cuando se concibió la idea de hacer un verano diferente todos sabían que habría que cubrir varias semanas con actividades para todas las edades y gustos; a medida que pasaron los día la lista se fue alargando: viajes a la playa y a los ríos cercanos, conversatorios con combatientes de la lucha clandestina y contra bandidos, encuentros deportivos y la activación con todas las de la ley del único Joven Club de Computación que existe por aquellos lares, donde jóvenes y niños pueden disfrutar de más de 600 juegos.
A juicio de los lugareños dentro de las iniciativas el deporte se lleva las palmas y el voleibol resultó la gran vedette de un torneo que según Jorge Luis Núñez, director del combinado deportivo, llegó a Condado hace unos ocho años.
“Todos los barrios son representados por un equipo, pero esta vez la competencia ha tenido un impacto social sin precedentes, sobre todo cuando los juegos son en horario nocturno porque se suma toda la comunidad e incluso es narrado y se graba con nuestra televisión comunitaria, es como una gran fiesta”, precisa.
Para Moisés Fernández Sánchez, combatiente de 67 años, en esta ocasión todo empezó distinto. “Nunca había visto esto. Incluso existe una opción a la playa para todos y ya mis hijos y nietos fueron, pero también hay una para nosotros con todas las facilidades de alimentación y hasta hoy no tenemos queja”.
Miniferias cada sábado en los asentamientos y barrios, proyecciones de películas en comunidades pequeñas como Mayaguara y Bijabo, excursionismo, casi medio centenar de viajes recreativos a la playa y unos cuantos al delfinario de la ciudad de Cienfuegos, así como el acondicionamiento de las áreas de baño cerca de los ríos han logrado involucrar a una gran parte de los más de 4 000 habitantes que tiene el Consejo Popular de Condado.
Quienes viven en ese rincón del Plan Turquino trinitario han podido demostrar que, cuando hay deseos de hacer, el verano, además de sol y playa, se complementa con otras opciones capaces de animar la etapa estival, preferida por la mayoría de los cubanos.
Me encanta Condado,su paisaje de fondo es muy bello,Meyer,si le arreglaron el camino desde Condado,lo visitare sin falta .Paradisiaco lugar.Opino que las tradiciones y cultura popular hay que buscarla en esos poblados ,para mi la esencia de la cubanidad estan ahi y la gente con la mejor educacion formal