Con el derecho que le asiste de ventilar sus inquietudes en “Cartas de los lectores”, el sábado pasado en esta sección Mairelis Hernández Sorí, residente en la cabecera provincial, escribía sobre un asunto harto conocido y tratado en estas páginas: los sinsabores del servicio ofrecido en el Coppelia espirituano.
Con la misma prerrogativa que la lectora, ante tal alusión los trabajadores de dicha unidad hicieron llegar una misiva donde se declaran inconformes y explicitan las siguientes aclaraciones: “No es cierto que la cliente estuvo dos horas en la cola el pasado 9 de junio en horas de la noche, pues solo existían alrededor de 15 personas en espera, aunque sí es cierto que en los dos salones había mesas vacías, porque sucedió un imprevisto con una de las dependientas y hubo que retirarla del servicio y la otra se encontraba en horario de comida; pero al existir menos personal de servicio reordenamos las hileras de mesas para que uno solo cubriera mayor número de estas. Eso fue lo que generó un poco de demora, pero no al extremo de dos horas como dice la compañera.
“Este incidente influyó además en la demora en limpiar las mesas y recoger los utensilios, pero no al extremo de que generara un foco de moscas, pues si algo caracteriza a nuestra unidad en los últimos tiempos es que la limpieza, a pesar de la reducción de plantilla, se hace de forma sistemática y la mejoría en la higiene de la unidad es notable de un tiempo a la fecha”.
Ante los reclamos de Mairelis sobre la licitud de los trabajadores de la entidad en “colar” a ciertos individuos delante del resto de los clientes en espera, el colectivo de Coppelia afirma que se trataba de embarazadas, impedidos físicos o enfermos mentales.
“Y no es que nuestro trabajo sea perfecto —reconocen—, nos falta mucho camino por andar para mejorar el servicio y lograr una satisfacción plena del consumidor. Estamos abiertos a cualquier sugerencia y siempre que surge una queja, la administración del centro la analiza, valora, busca las causas y trata de dar solución”.
Valen la autocrítica ante tantas imperfecciones y hasta la receptividad que dicen tener para escuchar a los clientes. Lo fundamental, tanto para trabajadores como para usuarios, debe ser que tomar helado sea un placer y no una agonía. De todas maneras, el sol no hay quien lo oculte con un dedo.
bueno yo tengo otra opinion sobre el tema anterior y es la siguiente el domingo pasado 19/02/17 eran mas o menos las 8:30pm cuando mi esposo y yo decidimos ir al coopelia a refrescar de la casa y a salir a dar una vuelta, llegamos a esa hora y entramos alrededor de la hora y media sentados en los bancos esperando que la cola pasara porque habia un lado de este vacio y nada mas estaban pasando al personal para el lado derecho del mismo y entonces como a los 5 minutos antes de entrar debido a la multitud de personas en cola decidieron pasarnos para el otro lado yo pregunto para ir al coopelia y tomarnos un helado hay que esperar tantoooooo, sin razon
Bueno en la jornada de ayer domingo en la tarde habían mesas vacías y el portero estaba conversando como si nada en el salón y no le importaba que existirán personas en la cola, porque no poner el autoservicio como esta antiguamente que cada cual paga el helado que quería y se lo daban en el mostrador, en el coopelia de Santa Clara que es mas grande que el de esta ciudad el servicio es asi y funciona perfectamente porque entonces no pensar en esa variante para el coopelia espirituano.