Escambray Periódico de Sancti Spíritus
Los Vegueros de Pinar del Río se coronaron campeones de la Serie del Caribe este domingo al derrotar 3-2 a los Tomateros de Culiacán en la gran final del torneo.
Pitcheo de altos quilates y bateo oportuno se combinaron para lograr este triunfo, un partido que ganó el pinareño Yosvani Torres con labor de seis entradas, donde ponchó a cinco y permitió una sola carrera.
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Madero en mano los cubanos ligaron 11 indiscutibles. Los Vegueros fabricaron su primera anotación por sencillos en línea de Yulieski Gourriel, Alfredo Despaigne y Frederich Cepeda en la apertura del partido. Luego ampliaron la ventaja en el segundo capítulo de la misma forma, cuando William Saavedra, Luis Alberto Valdés y Luis Yander La O ligaron imparables de forma escalonada.
En el octavo Yulieski puso la tercera rayita con un vuelacercas en solitario.
Los mexicanos anotaron la primera en el quinto, con un doblete de Joey Meneses y «texas» de William Ibarra.
A la altura del séptimo Torres fue relevado por Liván Moinelo, quien luego de dos outs en el siguiente capítulo regaló un boleto y permitió un imparable. Esto, combinado con el indiscutible de Eric Farris ante Héctor Mendoza (su relevo), acercó a México en el marcador.
Así, Cuba recuperó el título de la Serie del Caribe luego de que los Elefantes de Cienfuegos se coronasen en el ya lejano 1960. México quedó a las puertas de obtener su tercera corona consecutiva.
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Escambray / ISSN 9664-1277
Felicidades a los «CAMPEONES», como espirituano en especial a CEPEDA que bateó con el corazón y demostró una vez más su tremenda verguenza deportiva, a Yulieski tabién formado en esta tierra del Yayabo y a todo ese equipo VEGUEROS y CUBANOS que hicieron vibrar de alegría a esta tierra caribeña.
Mucho antes de la victoria del sábado, cuando en la prensa espirituana la periodista E.R. planteaba que se claificaba con «boleto prestado» y que se llegaba a «rastras a un torneo de poca monta», calificando como «victoria pírrica» la lograda ante Puerto Rico, me sentí incomodo y con una estimación de falta de respeto disfrasada de crítica razonable. Ese CUBARIO como lo llamó representa a nuestro beisból, con muchas dificultades técnicas y carencias competitivas, pero nuestro vini es amargo pero es nuestro vino y las críticas a nuestros hijos deben realizarse en voz baja y en lugares apropiados. El ganar los dos juegos buenos a los «buenos», demostró que merecían respeto y que los análisis de sus defectos, de los que elos no son responsables deben realizarse en los espacios apropiados y no ser publicados en medio de una competencia sin concluir.
FELICIDADES CAMPEONES…