Especialistas cubanos realizan la puesta a punto de una nueva planta para la destrucción de sustancias agotadoras de la Capa de Ozono (SAO), que funcionará en áreas de la fábrica de cemento Siguaney.
Según explicó en conferencia de prensa la máster en ciencias Natacha Figueredo, de la Oficina Técnica de Ozono de Cuba (OTOZ), esa instalación forma parte de un proyecto demostrativo de recolección, recuperación, almacenamiento, transporte y regeneración de esos productos.
La iniciativa resulta de una estrategia concebida entre OTOZ y el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal mediante el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que busca darle un destino ambientalmente seguro a la destrucción de las SAO y evitar su emisión a la atmósfera, contribuyendo con los compromisos de Cuba.
Agregó Figueredo que en la fábrica de cemento de Siguaney, en la provincia de Sancti Spíritus, al este de La Habana, se destruyen las SAO que fueron almacenadas tras la sustitución de más de dos millones y medio de refrigeradores y cerca de 300 mil aires acondicionados domésticos durante la llamada Revolución Energética en el país.
Una segunda fase del calendario de eliminación, dijo, contempla los hidroclorofluorocarbonos (HCFC).
Actualmente Cuba ha destruido 258,4 kilogramos de SAO, cifra que irá en aumento cuando se logre la estabilización de la puesta en marcha de la nueva planta.
El proyecto tiene como actividad pendiente validar que la no de emisión por el proceso de compuestos orgánicos persistentes (dioxinas y furanos), acción que requiere el traslado de muestras hacia laboratorios europeos acreditados para estos análisis. Cuba es el primer país del mundo que eliminó totalmente el consumo de clorofluorocarbonos (CFC) en la refrigeración.
La nación caribeña logra un aporte significativo en el enfrentamiento al actual Cambio Climático, mediante la reducción de las emisiones de gases que afectan la Capa de Ozono, que son a la vez potentes gases de efecto invernadero.
De acuerdo con datos de la OTOZ, las acciones llevadas a cabo bajo el auspicio de esa oficina permiten a Cuba dejar de emitir a la atmosfera cuatro millones de toneladas de CO2 anualmente.
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