Los ministros de cultura de la Celac debatieron este viernes en Cuba sobre las debilidades y fortalezas comunes dentro de su esfera.
El ministro cubano, Julián González, destacó el papel de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe como plataforma común para convertir en fortalezas los intereses de los pueblos y sobre todo los aspectos comunes dentro de la región que le confieren una identidad dentro del contexto mundial.
Como invitada de la III Reunión de Ministros de Cultura de Celac, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, recordó que durante más de 70 años la organización se ha beneficiado de los aportes de América Latina y el Caribe.
Por su parte, el ministro de Cultura de Ecuador y presidente pro tempore de la Celac, Guillaume Long, sugirió enfocar los debates de este viernes y mañana 19 de septiembre en dos temas imposibles de ignorar en la actualidad por sus consecuencias para la cultura.
En primer lugar, la lucha contra el tráfico de bienes patrimoniales y culturales pues, pese a recientes operaciones de recuperación de decenas de miles de piezas, el flujo de salida sigue incólume y se necesitan más acciones contundentes.
A criterio de Long, otro tema de impacto global respecto al cual todos los organismos debieran proyectarse es el aprovechamiento de las nuevas tecnologías y de internet para la cultura, con un enfoque de respeto a los derechos culturales cada pueblo.
Internet apunta a ser un reservorio del patrimonio digital y cualquier análisis de su entorno roza aspectos relevantes como la propiedad intelectual, la soberanía, el recibimiento de una nueva audiovisualidad, entre otros, apuntó.
Long expuso algunos de los retos que deberán enfrentar América Latina y el Caribe para conseguir un mayor nivel de integración y explicó algunos antecedentes históricos que aún inciden en su contra, como el relacionado con el patrón productivo de las naciones de la región.
Nuestros países nacieron con economías exportadoras, enfocadas en la producción de materias primas, con bajos niveles de diversificación económica, mucho monocultivo, dependencia del extractivismo, y eso dificulta la integración porque todavía tenemos economías poco complementarias, señaló.
Las primeras infraestructuras en América Latina, las primeras carreteras y ferrocarriles no fueron construidos para integrar países sino para llevar materias primas de la plantación al puerto y jugar el rol que nos estaba asignado de proveedor de materias primas, ilustró.
El ministro también advirtió sobre el peligro de la ausencia de diversidad en un momento en el que el mercado tiende a homogeneizar, a establecer una estética hegemónica, e invitó a reflexionar sobre esto con vistas a generar oportunidades que permitan a la diversidad prosperar.
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