La Unidad Empresarial de Base (UEB) Derivados Paraíso, que ya se acerca al cuarto de siglo como cumplidora consecutiva de sus compromisos productivos, mantiene su tradición de eficiencia durante el 2015.
“Estamos trabajando en la norma de consumo de miel que es nuestra materia prima fundamental. También el consumo de portadores energéticos se mantiene por debajo de la norma”, argumentó a Escambray Ángel Vázquez, jefe de Contabilidad y Finanzas de esa entidad.
Durante el 2015 ya han obtenido alrededor de 110 800 hectolitros de alcohol, a pesar de que durante varias jornadas se mantuvieron paralizados por dificultades en el manejo de los residuales, fundamentalmente.
Por otra parte, también logran alcanzar sus compromisos en la fabricación de levadura y en las bebidas alcohólicas a granel; mientras que por dificultades técnicas con el compresor de amoníaco no han conseguido alcanzar las metas propuestas en la obtención del gas carbónico.
“Por dificultades en la entrada de insumos al país, sobre todo de los envases de cristal, tampoco vamos a cumplir las cifras previstas de ron embotellado, en estos momentos tenemos un déficit de alrededor de 100 000 cajas y esa cantidad es imposible de recuperar”, comentó Ángel.
Sin embargo, a pesar de estas adversidades objetivas, Derivados Paraíso logra mantener su rentabilidad con un costo por peso inferior a los 95 centavos y una correlación favorable entre el salario medio y la productividad.
La UEB, ubicada en Tuinucú, incluye cuatro plantas destinadas a la producción de alcoholes naturales, saccharomyces crema para alimento animal, gas carbónico y bebidas alcohólicas, incluidas una amplia gama de rones marca Santero.
Recientemente, el ron y aguardiente Santero recibieron la certificación de inocuidad según la Norma Cubana NC-136. Además, allí laboran en la implantación de un sistema de gestión de la calidad, aún sin certificar, para los alcoholes que se utilizan como materia prima en la propia ronera y otros consumidores como Biotecnología, Suchel y Havana Club Internacional.
De esta manera, los rones y el aguardiente fabricados en Tuinucú resultan más competitivos para su comercialización, que en el mercado externo despunta sobre todo hacia Alemania, Bielorrusia y, en menor medida, España.
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