Cuba y Estados Unidos entraron en una nueva etapa de acercamiento bilateral, después de la reapertura de embajadas en ambas capitales.
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Canciller cubano y secretario de estado de EE.UU se reúnen en La Habana
Con sus lógicas diferencias, la ceremonia de izamiento de la bandera y apertura oficial de la embajada de los Estados Unidos de América en Cuba, efectuada en la mañana de este viernes en La Habana, viene a complementar la que se efectuó en Washington el 20 de julio pasado.
Sin embargo, el acto protocolar y las palabras del secretario de Estado John Kerry marcan matices en relación con lo expresado entonces en la capital estadounidense. Para cualquier observador avezado se hizo evidente un tono más “cercano” en el discurso pronunciado esta vez junto al edificio de ocho plantas a la vera del malecón habanero.
Está claro también que las tratativas entre ambos países han seguido su curso y que se continúa avanzando por el camino trazado el 17 de diciembre de 2014 por los presidentes Raúl Castro y Barack Obama. En este sentido, lo que acaba de ocurrir en La Habana no es sino la continuación de una carrera de obstáculos, donde al vencimiento de un escollo prosigue el acometimiento de otro.
En el ínterin de las últimas semanas casi no pasa un día sin que tengan noticias acerca de visitas a la isla de senadores u otras personalidades estadounidenses, hombres de negocios…, los que trabajan por ampliar el espectro de las relaciones que, dicho sea de paso, aún están lejos de la normalización, debido a temas pendientes como la existencia del bloqueo y el contencioso de la Base Naval de Guantánamo, entre otros.
Pero existe voluntad de avanzar. Es evidente que ha habido reciprocidad y deferencia en el gesto del canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, al invitar al señor John Kerry a sus oficinas en la cancillería y sostener con él un encuentro privado como el que antes tuvieran en la sede del Departamento de Estado, en Washington.
En la conferencia de prensa que le siguió, efectuada en el emblemático Hotel Nacional, Rodríguez Parrilla hizo el anuncio oficial de la decisión de constituir una comisión bilateral “para establecer los asuntos que deberán ser abordados en lo inmediato, incluyendo los pendientes de solución, algunos de ellos muy complicados que se han acumulado durante más de 50 años”.
Resulta particularmente importante lo planteado por Bruno acerca del mutuo reconocimiento de las diferencias profundas que existen en algunos temas, como por ejemplo en cuanto al ejercicio de la soberanía nacional, la democracia, los derechos humanos, los modelos políticos y las relaciones entre los estados a la luz del derecho internacional.
Solo a partir de ese reconocimiento y del respeto a las diferencias será posible avanzar en un grupo de aspectos, como las medidas que puede adoptar el presidente Obama para flexibilizar el bloqueo a Cuba y establecer la colaboración mutuamente provechosa en educación, investigaciones médicas, marinas y las relacionadas con el cambio climático, así como la lucha contra el narcotráfico, el contrabando de personas y el terrorismo.
En realidad como países vecinos, las oportunidades de colaboración mutuamente ventajosa debieran primar por sobre las prácticas de confrontación. Y ello es algo que empiezan a descubrir del otro lado del Estrecho de la Florida.
Por eso este histórico encuentro en La Habana debiera verse como otro hito en el camino hacia la racionalidad y la convivencia entre dos países y gobiernos de distintos signos y sistemas políticos que pudiera servir en un futuro como modelo para el mundo.
En el encuentro del Hotel Nacional, donde cada parte dejó por sentado sus posiciones y nuestro canciller subrayó los principios que rigen nuestro accionar al reconocer como derechos inalienables de los ciudadanos lo que en otras partes constituye un negocio, hubo sin embargo afabilidad y familiaridad.
Es un comienzo, convinieron los dos cancilleres, pero un buen comienzo en una mañana calurosa, despejada, a la vista del anchuroso mar, con La Habana en el centro de la atención mundial, con la voluntad expresada de avanzar hacia el entendimiento.
Pa’ lante y no pa’ tras . Eso es lo positivo de los ùltimos dias.
Es mejor un amigo más, que un » enemigo».
Espero que en le repartición de cajitas, el pueblo sea tambièn considerado.