Un reporte de entidades no gubernamentales en el estado norteamericano de California evidenció violaciones de derechos y abusos sexuales por parte de oficiales contra siete reclusas latinas y afroamericanas.
Miembros de los grupos Dignidad y Poder, y California Unidos por un Presupuesto Responsable (CURB), que abogan por los presos y sus familias, dieron a conocer el reporte «Rompiendo el Silencio: Violaciones humanas y civiles resultado de descuidos médicos y abusos de mujeres de color en todas las cárceles del condado de Los Ángeles».
El documento vio la luz horas antes de que la fiscal del condado Jackie Lacey presentara en la Junta de Supervisores una evaluación de los programas de salud mental en el condado.
Las irregularidades reportadas en el estudio indican que personal de la oficina del sheriff de Los Ángeles y del departamento de Salud Mental del condado les niegan por meses y de manera sistemática servicios de salud física y mental a las presas.
Ello ocurre incluso en casos en los cuales las mujeres sufren de esquizofrenia, depresión y desorden bipolar. En algunas de estas situaciones, son puestas en celdas de confinamiento en solitario.
Les niegan toallas sanitarias cuando tienen sus períodos, y las obligan a permanecer en sus camas durante esos días, precisó la investigación que también pone al descubierto que las mujeres son esposadas sin importar si están embarazadas.
Michelle Zorrilla fue una de las féminas que testificó ante la Junta de Supervisores del Condado de Los Ángeles sobre los abusos de los que presuntamente fue víctima al estar privada de su libertad.
Me hacían propuestas de sexo a cambio de drogas. Una vez mientras me hacían unos rayos X, un empleado médico me mostró sus genitales, reveló al diario digital La Opinión.
Aunque la víctima refiere haber presentado una queja, no pasó nada. Y según comentó, cuando les anunció a las autoridades que denunciaría el caso ante los medios de comunicación, la dejaron en libertad sin dinero ni zapatos.
No obstante, Zorrilla remarcó que la solución a los abusos vividos dentro de las cárceles no se resuelve construyendo más celdas, sino con el acceso a profesionales de salud mental y física.
El estudio propone la eliminación del aislamiento, la sobre o pobre medicación para tratar trastornos mentales y la búsqueda de tratamientos alternativos.
También pidieron aumentar el acceso a productos de higiene femenina y establecer un sistema de monitoreo de las mujeres con problemas de salud mental, para colocarlas en programas comunitarios en lugar de enviarlas a una cárcel.
Ahora el proximo paso de esta historia es que el presidente Obama sale en la television y dice en USA NUNCA JAMAS EN NINGUNA CARCEL SE LE HA TOCADO UN PELO A UN RECLUSO.
Y con esas declaraciones queda zanjado el asunto, porque si lo dice el presidente tiene que ser verdad y esas denuncias son sin duda una maniobra de los enemigos del pais para desacreditarlo.