El desconcierto reina en la Cámara de Representantes de EE.UU., debido a las pugnas republicanas por relevar a su presidente, John Boehner, situación que obstaculiza el cumplimiento de la agenda legislativa.
Tras la decisión de Kevin McCarthy de no aspirar al puesto que Boehner abandonará el 30 de octubre, la situación se complica para el partido rojo como una muestra de cuán inestable es el liderazgo de quienes controlan la mayoría en esa instancia, según el sitio digital Roll Call, especializado en temas congresionales.
En un hecho inesperado que pocos expertos supieron explicar, McCarthy anunció la retirada de su candidatura al cargo, cuando estuvo a punto de ser escogido quizás con 80 por ciento de apoyo, lo que añadió más tensión a lo que algunos expertos califican de verdadero melodrama político.
Esta acción es comparable con lo que sucedió a finales de diciembre de 1998, cuando Bob Livingston dejó perplejos a los miembros de la Cámara baja al anunciar que renunciaba a su postulación para Presidente (Speaker) de esa instancia, puesto para el que fue nominado un mes antes y con toda seguridad obtendría en un plazo breve.
La causa de la retirada de Livingston se debió a que dos días antes de descartar su candidatura reconoció que mantenía una relación extramarital desde hacía algún tiempo, justo en momentos en que estaba en pleno auge el escándalo por el caso de Monica Lewinsky con el entonces presidente William Clinton.
En esa ocasión no hubo grandes dificultades para los republicanos, pues Livingston fue reemplazado en pocas horas por Dennis Hastert, representante por Illinois, pero ahora pudieran pasar varias semanas hasta que los integrantes del partido rojo en la Cámara baja estén listos para presentar otra opción.
Entre los posibles candidatos se menciona al representante por Florida Daniel Webster, así como a su colega Paul Ryan, exaspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos por el Partido Republicano en las elecciones de 2012.
Uno de los problemas más acuciantes en toda esta polémica es, de acuerdo con el sitio digital Politico, que ningún Speaker republicano puede gobernar con efectividad sin acogerse al principio de ejercer el cargo para toda la Cámara baja, no solo para sus correligionarios.
Según dicha publicación, los viejos conceptos de la lealtad partidista están fuera de época, debido a la creciente influencia de grupos ultraderechistas externos que acuden al Capitolio para repartir dinero y con eso contribuyen a toda esta discordia interna.
Un candidato que aspire a relevar a Boehner necesitará 218 votos, por lo que le será vital el apoyo de algunos de los llamados legisladores de línea dura que, según el diario The New York Times, son alrededor de 40; o de una parte de los 188 demócratas que integran esa instAncia legislativa, conformada por 435 miembros.
Esta dinámica sostiene la tesis de que es muy probable que la Cámara de Representantes se mantenga sin presidente durante un tiempo, lo que complica el caos que ahora existe en torno a la aprobación del presupuesto del año fiscal 2016, y la urgente elevación del límite de la deuda pública antes del 5 de noviembre.
De no actuar en correspondencia con esta realidad, el partido opositor, que ahora controla ambas cámaras del Capitolio, se arriesga a que el electorado tenga un elemento más para reforzar la visión negativa que ahora tiene sobre los republicanos en temas como inmigración y control de armas, con vista a los comicios de 2016.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.