Autoridades de Baltimore decretaron estado de emergencia y toque de queda en esa ciudad debido a la violencia de protestas callejeras desatadas tras la muerte de un joven negro bajo custodia policial.
Ante la extrema situación, el gobernador de Maryland, Larry Hogan, declaró el estado de emergencia en Baltimore y movilizó a la Guardia Nacional en una jornada durante la cual se reportaron varios agentes del orden heridos y al menos una treintena de detenidos.
A su vez, la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake, declaró un toque de queda que se extenderá por una semana desde este martes y entrará en vigor cada noche a partir de las 10:00 PM -09:00 PM, para los menores de 14 años- hasta las 05:00 AM (hora local).
Incluso, un partido de Grandes Ligas fue pospuesto por razones de seguridad en el estadio Camden Yards, de Baltimore.
La nueva fiscal general, Loretta Lynch, dio parte al presidente, Barack Obama, sobre la escalada de violencia en Baltimore, donde cientos de personas se enfrentaron a la policía tras el funeral de Freddie Gray.
Gray murió el pasado 19 de abril bajo custodia de la policía al no recibir atención apropiada tras sufrir graves lesiones en la espina dorsal, seccionada a la altura de las cervicales (según abogados de la familia).
La Casa Blanca señaló en un breve comunicado que el Departamento de Justicia está listo para ofrecer cualquier asistencia que sea necesaria en Baltimore.
El deceso de Gray -que se suma a una larga lista de muertes de afroestadounidenses a manos de la policía- desató protestas en esta y otras ciudades para exigir que se esclarezcan los hechos y cese la violencia de los cuerpos policiales contra la población afronorteamericana.
Broderick Johnson, jefe del grupo creado recientemente por Obama para apoyar a los negros jóvenes (My Brother’s Keeper Task Force), representó al gobierno en el funeral de Gray.
Poco antes del inicio de la ceremonia, el activista Jesse Jackson denunció lo que describio como una «epidemia de asesinatos en el país».
«Nos hemos convertido en demasiado violentos, demasiado llenos de odio», señaló durante una conferencia de prensa en la cual denunció la pobreza de ciudades como Baltimore que, a su juicio, operan como «un arma de destrucción masiva».
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