La policía estadounidense este año mató a 500 personas lo que es calificado como una epidemia a nivel nacional de la violencia policial.
Solo en los últimos siete días los uniformados estadounidenses ultimaron a 20 personas, indica este viernes un artículo en el sitio digital Global Research.
La víctima mortal número 500 de 2015, de acuerdo con una base de datos de homicidios policiales, se produjo la noche del lunes cuando los miembros del equipo SWAT del Condado de Maricopa acribillaron a Richard Warolf, de 69 años.
La noche siguiente un oficial en Des Moines, Iowa, disparó y mató a Ryan Bollinger, un joven de 28 años, desarmado, luego de dispararle desde un coche patrulla después de una persecución de dos minutos, agrega la información.
Según la denuncia, el sistema judicial estadounidense protege a policías asesinos de la persecución y cita el caso del fiscal del condado de Cuyahoga Tim McGinty, quien desestimó un fallo de un juez local contra los policías involucrados en el tiroteo de Tamir Rice en Cleveland, Ohio, el año pasado, y podría ser acusado de un delito.
Señala el texto que el martes el periódico británico The Guardian dio a conocer su propia base de datos de homicidios policiales de Estados Unidos, dando una vista más detallada que cualquier otra lista similar.
Ese rotativo reveló que la policía estadounidense mató a más personas en los primeros 24 días de 2015 que las fuerzas policiales de Inglaterra e Irlanda juntas en los últimos 24 años, y que la policía de Estados Unidos mata a más personas cada semana que la alemana en un año entero.
En otra ilustración del accionar de los agentes estadounidenses, el diario encontró que la policía en Pasco, Washington (con una población 67 mil 599 personas) disparó más proyectiles a un sospechoso desarmado, Antonio Zambrano-Montes, que los que sus similares de Finlandia (con una población de 5,4 millones) utilizó en todo el año 2013.
Pese a los miles de homicidios de la policía durante la última década, sólo 54 funcionarios fueron acusados, según un estudio realizado en abril por The Washington Post y la Universidad Estatal de Bowling Green.
Al abordar la impunidad con la que actúan los policías norteamericanos, Global Research asegura que la excepción es el caso del ex oficial de policía de Carolina del Sur Michael Slager, quien fue acusado el lunes por el asesinato de Walter Scott.
Señala que el departamento de policía inicialmente trató de encubrir el hecho, pero se vio obligado a cambiar su historia después que el vídeo de un transeúnte mostrara a Slager disparando contra Scott, desarmado, y por la espalda cuando trataba de huir, y luego plantó un arma cerca de su cuerpo.
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