Luego de 10 temporadas con saldos discretos, el lanzador espirituano Yuen Socarrás se ha convertido en la principal carta de triunfo para los Gallos en la presente campaña.
Ni al mismísimo Yuen Socarrás Suárez se le hubiese ocurrido meses atrás que a esta altura de campaña, su nombre figurara en la lista de los mejores lanzadores del país.
A sus espaldas, 10 temporadas con saldos discretos y salidas que dejaban muchas incógnitas sobre el box: ¿por qué un pitcher de 90 millas no se impone? ¿Por qué, pese a sus números discretos, es llamado a reforzar primero a Holguín y luego a Industriales y no correspondió con ese “regalo”?
Escambray lo hacía notar en sus páginas una y otra vez cuando escribía: “No acaba de responder a las potencialidades que tiene”. Sin resultar eficiente como relevista, pasó a ser uno más de los abridores y así y todo su promedio histórico es favorable: 46 y 37.
Pero Socarrás comenzó a creérselo el día en que su entrenador Osmani González le dijo que sería el primer abridor solo tres días antes del comienzo de la serie, y su mánager le pronosticó un promedio por debajo de dos limpias por partido.
La ausencia del líder natural del staff, Ismel Jiménez, primero por sus compromisos profesionales en Canadá y luego por la fatalidad de una lesión que lo alejó definitivamente del box por esta serie, le subió la parada a un muchacho que con 28 años tuvo hasta la idea de colgar los guantes. Y aunque la campaña entra en su fase más exigente, hasta aquí ha sido la serie más destacada con balance de 4-0, 1.83 PCL, solo 10 boletos y líder en ponches con 40. Esta semana se le malogró su probable quinta victoria luego de lanzar ocho sólidas entradas en el partido espectacular que los Gallos les ganaron a los Leones e inclinaron sensacionalmente la subserie a su favor.
“Para mí ha sido excelente, entrené y me preparé con esa ilusión y con gran fe de que este año las cosas podían salirme mejor, esa fue la meta que me propuse y gracias a Dios así está saliendo”.
¿Mejor preparación o mentalidad diferente?
Un poco de las dos: Osmani e Ifreidi diseñaron un fuerte entrenamiento y le puse gran empeño. Lo diferente es el plan como tal, lo trabajé con muchas ganas porque quería demostrar que yo sí podía. La preparación en la playa fue fundamental. También agradezco a Juan de Dios y a Roberto Ramos que en años anteriores trabajaron mucho conmigo para mejorar el control. En esta temporada lo que he hecho es seguir trabajando en base a eso y ahí están los resultados.
¿Cómo fue lo del intento de retiro?
El año pasado fue duro para mí en todos los aspectos y estuve a punto de no jugar más porque uno se va evaluando, seguí gracias al profesor Zulueta que me habló y tuvo confianza en mí.
Pero así mismo sin resultados otros equipos te pedían…
Puede ser que a veces uno la tiene en la mano y no sabe aprovecharla; a pesar de no salirme bien, estar en Industriales me hizo reflexionar que yo sí podía, el resultado sale o no sale, eso está en el juego.
¿Ni siquiera tirar 90 millas te daba confianza?
En años anteriores había mermado, ahora he vuelto a recuperar la velocidad conque empecé que era de más de 90 millas.
¿Cómo te llegó el anuncio de que serías el primer abridor?
Solo lo supe dos o tres días antes de comenzar la serie, pero cuando Osmani me lo dijo lo asumí como un gran reto porque sustituir a un gran lanzador como Ismel, del equipo Cuba incluso, es difícil, pero lo estoy haciendo con la mayor humildad y el mayor orgullo del mundo. Presión siempre la hay porque ser el primer abridor de cualquier equipo y mucho más de uno como este es difícil, pero en ese rol me siento bien.
Demoraste en “explotar”.
Comencé jugando en la liga entre barrios allá en el Camino de las Cañas donde vivo. Armando Fandiño fue quien habló para que yo hiciera las pruebas ya en edad juvenil, pues hice las pruebas de la EIDE, pero nunca las aprobé. Luego César Demetrio Pérez, quien fue mi primer entrenador, me ayudó mucho.
¿Has incorporado lanzamientos?
Yo era un inexperto, solo tiraba recta y slider, pero duro. Sigo con los mismos lanzamientos, recta, slider, más el tenedor y el cambio. Ahora lo que he hecho es trabajar fuerte para tratar de dominarlos y que me sean efectivos a la hora de lanzarlos.
Al fin le diste mejores motivos a la prensa y al público para hablar de ti.
Eso no me preocupa, si tienes buenos resultados la prensa habla bien; si no es lo contrario. En la calle me dan mucho ánimo para que siga así, les doy las gracias a ellos y a Dios por dejarme vivir esta experiencia.
Sobre el box espirituano pesan deudas: sacar el out que hay que sacar o ganar el juego que hace falta.
Es una cosa de años atrás, se ha trabajado con el psicólogo y con los mismos entrenadores, sobre todo en los lanzadores jóvenes porque a veces hay presión.
Entran los Gallos en la fase más dura, ¿crees que podrán?
Ha sido un colectivo magnífico, estamos enfocados en un gran trabajo, un gran proyecto y estamos en buenas condiciones para tratar de clasificar.
muchas felicidades para el hombre se lo merece
Socarrás siempre tuvo posibilidades pero le faltaba la «picardía» en el box, saber que tirar en cada caso yeso lo ha aprendido y le salen mejor las cosas, todo es que sepa dominarse y concentrarse en su trabajo y seguro será un gran lanzador. le deseamos mucha salud y suerte.