El cantautor cubano plantará esta noche su carpa musical en el Centro Histórico para regalar sus jocosas composiciones a la tercera villa cubana
Este jueves la choza de Chacho y Chicha será, en realidad, un palacete decimonónico en Trinidad. Y no porque Tony Ávila cambió de repente la letra que lo catapultó a la fama al sucumbir a los encantos de la Ciudad Museo, sino porque una casona del centro histórico es la que le sirve al cantautor de escenario esta noche.
Así, la otrora residencia de la familia Cantero, hoy Museo Municipal de Historia, acogerá al trovador matancero en una presentación única, que tendrá lugar al filo de las 10:00 p.m, según precisó el equipo coordinador del espectáculo como parte de las actividades de evento Una cultura en tiempos de cambios, a cargo del proyecto de desarrollo local Artes visuales en beneficio de la Cultura.
El músico, ganador del premio Cubadisco 2012 en la categoría Trova, plantará en el patio colonial su timbiriche para conversar, guitarra mediante, sobre el amor de Sabina y otros demonios, de la muchacha que saltó del papel porque se cansó de ser poema, e intentará convencer al público de que él es “un fruto de la naturaleza (…) un acertijo de la casualidad”, como escribiera alguna vez.
Tony Ávila se inscribe como uno de los trovadores más reconocidos en el pentagrama cubano de los últimos tiempos, cuya sutileza compositiva y humor refinado le han servido para cautivar al público.
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