Adquirir vinagre resulta algo imposible de materializar en muchos hogares por las múltiples vicisitudes que debe enfrentar cualquier cliente para obtener el demandado producto
En plena cosecha de tomate, pepino y otras hortalizas, la cocina espirituana necesita, un poco más que de costumbre, contar con vinagre, aliño ideal para acompañar las ensaladas u otros alimentos. Pero ello resulta algo imposible de materializar en muchos hogares por las múltiples vicisitudes que debe enfrentar cualquier cliente para obtener el demandado producto.
Escambray rastrea los estados de opinión sobre la distribución y venta liberada del mismo, partiendo de que en Sancti Spíritus radica una de las tres fábricas existentes en el país, responsable de la elaboración de unos 155 000 litros mensuales, de los cuales más de 30 000 se destinan a Comercio para su expendio a granel.
Pudiera parecer que las cantidades designadas a la comercialización de forma liberada resultan suficientes; pero cuando hurgamos en las interioridades del tema aparece un grupo de opiniones que inquietan al consumidor, entre ellas: “Las moloteras en el punto de venta de la Feria de Sancti Spíritus, son permanentes”. “Existe acaparamiento del producto y los viejitos que solo queremos un poquito no lo podemos comprar”. “Yo lo compro por la calle a 5 pesos la botella de sábado corto, porque aquí no hay quién venga”. “Sí existe cambalache porque hay quien viene con tanques grandes y le venden todo el que quiera”.
Otros espirituanos se quejan de la eliminación, desde hace unos años, del punto de venta aledaño a la propia fábrica de vinagre, donde de lunes a viernes se podía adquirir el producto, sin que mediara, como ocurre actualmente, el pago de 2 pesos por la entrada al recinto ferial Delio Luna Echemendía, lugar donde existe el único punto de venta del producto en Sancti Spíritus y en el que no siempre se oferta el vinagre, sobre todo los días entre semana.
¿Acaso no era más factible mantener surtido el local que bajo la tutela de Comercio funcionaba en el patio de la industria? Así se evitarían gastos de combustible y el empleo de medios de transporte que bien pudieran destinarse para potenciar la distribución en el resto de los municipios espirituanos.
Directivos de la Unidad Empresarial de Base (UEB) Fábrica de Vinagre La Espirituana y de la Comercializadora y Transporte de Sancti Spíritus aseguran que, a pesar de ser esta la única industria que funciona establemente en el país y de asumir la mayor parte de la producción para cubrir distintos surtidos, el vinagre a granel sigue siendo priorizado por el territorio, muestra de ello es que de los 9 000 litros demandados solamente por Comercio para el mes, las entregas en enero y febrero superaron los 75 000 litros, incluidas las cantidades previstas para las ferias de Trinidad y Sancti Spíritus.
¿Acaso esta cifra no resulta suficiente para distribuir con más sistematicidad el vinagre por el resto de los municipios?
Pero la realidad es otra. A las cabeceras municipales se lleva solo un por ciento mínimo una vez al mes, alternándolo con vino seco o vino dulce, pues el depósito es el mismo para todos los productos.
Los directivos de Comercio en el municipio cabecera desconocen de quién fue la decisión de trasladar la venta de vinagre para un único sitio en la feria. En tanto, los de la UEB de Comercialización y Transporte en Sancti Spíritus aseguran que los problemas de transportación son pocos, que están en vías de solución, pero se cumple con las entregas planificadas a los municipios.
Esa puede ser la razón, entonces, por la que en el punto de la Feria espirituana se concentran personas de cualquier rincón de la provincia y de otras, con tanques de hasta 20 litros de capacidad y más. Pero quien compra vinagre al por mayor y paga un transporte para su traslado no lo hace pensando en satisfacer las necesidades de su cocina, sino para sacarle partida mediante la venta ilícita de un producto que cuesta poco, pero deja grandes dividendos.
Teníamos una fábrica de vinagre y digo teníamos por que está allí, pero es como si no fuera cierto y la dejamos perder… como mismo pasa con casi todo en esta provincia…
la fábrica no la perdimos, de hecho es laúnica del país que está en producción, lo que perdimos es la capacidad de organizar la comemercialización paralograr quellegue a todos al menos un poquito.