Asegura un chofer espirituano que desde la madrugada mueve a los pasajeros de un lado a otro de la ciudad para que ejerzan su derecho al sufragio
Jorge Abel Hung Padilla se tiró de la cama a las cuatro de la mañana, como todos los días. La responsabilidad de cubrir la ruta de casi 5 kilómetros desde la Base de Ómnibus hasta el centro de la ciudad ya tiene programado su reloj biológico. Sin embargo, un motivo mayor le ocuparía esta jornada:
“Yo sabía que hoy debía trasladar a mucho personal que antes de ir a sus centros laborales querían ejercer el voto. Desde bien tempranito, custodios, personal médico, gastronómicos, etc., se mueven de un lado a otro y este domingo, además de llevarlos a sus destinos, también depende de nosotros que elijan a sus representantes a las Asambleas Municipales del Poder Popular”.
Sin dudas, de los 1 020 colegios que abrieron este domingo en Sancti Spíritus, no pocos acogerán a pasajeros que hayan abordado la guagua capitaneada por Jorge Abel. La dirección de la Base de Ómnibus, perteneciente a la Empresa Provincial de Transporte, organizó a sus trabajadores para garantizar el movimiento dentro de la ciudad y también que los choferes hagan uso de su derecho democrático al sufragio.
“Mi turno comenzó a las cinco de la madrugada y termina a las dos de la tarde. De ahí voy directo a votar y ya el compañero que me releva habrá cumplido con ese deber. Por lo pronto, estaré detrás del timón para contribuir a que otros den el sí por una digna representación”, concluyó Hung Padilla.
Aquellas circunscripciones donde la validez de los votos no alcance el 50 por ciento serán escenario de una segunda vuelta el próximo 26 de abril; una nueva oportunidad para demostrar que, en Cuba, todo el mundo cuenta.
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