Sancti Spíritus enfrenta hoy una situación desfavorable con el abasto de agua por la capacidad de bombeo, la sequía, la gran cantidad de roturas de equipos y conductoras, así como fallos eléctricos
Si cuando en 1986 se terminó el primer módulo de la Planta Potabilizadora Macaguabo el agua que se distribuía era suficiente para abastecer a los cerca de 75 000 habitantes que en aquella época tenía la ciudad de Sancti Spíritus, llegarle hoy a una población que se duplica y a una mayor infraestructura habitacional e industrial resulta un rompecabezas con muchas letras y pocas soluciones.
En la provincia hay 178 localidades con sistemas de abastecimiento domiciliario de agua potable que suministra líquido a 289 990 habitantes, siempre y cuando la capacidad de bombeo pueda hacer lo suyo y lo permitan la falta de lluvia, la gran cantidad de roturas de equipos y conductoras, así como fallos eléctricos que hoy están presentes en los ocho municipios del territorio.
A todo ese mal de calamidades hidráulicas habría que agregar que, como consecuencia de la sequía, existen dificultades en 17 fuentes de abasto que limitan la entrega del líquido en 11 asentamientos poblacionales de forma parcial y afecta a una población de 11 686 habitantes, particularmente en los municipios de Yaguajay, Fomento, Trinidad y Sancti Spíritus.
Según los directivos del Instituto de Recursos Hidráulicos en la provincia, hoy la situación del abasto de agua es crítica en varias localidades espirituanas, con énfasis mayor en Trinidad, territorio que, a pesar de contar con redes de acueducto en gran parte de la ciudad, no tiene fuentes suficientes para garantizar la demanda de la población y el turismo.
En el país se ejecutan proyectos destinados al perfeccionamiento del sistema hidráulico que concibe, entre otros trabajos, la rehabilitación de las redes en 12 ciudades incluida Trinidad, donde, pese a que se adelantan las labores dirigidas a resolver en el futuro el problema del agua, los entendidos hablan de una conclusión para el 2020, en dependencia del financiamiento estimado en más de 65 millones de pesos. Hasta ahora en ese municipio con sequía extrema lo que se ha hecho no se ha resuelto el problema, porque entra la misma cantidad de agua, solo que con menos salideros.
Otros son los problemas que atentan contra la estabilidad en el suministro del líquido en la ciudad de Sancti Spíritus, donde cerca del 70 por ciento de la población recibe agua a través de la Planta Potabilizadora Macaguabo, la cual, tras su puesta en explotación en el año 1986, debía tener dos módulos, ambos de 600 litros por segundo, de ellos apenas se concluyó uno que abastece, además, a Cabaiguán.
Por si fuera poco, el agua del río Yayabo se trata en la Planta Potabilizadora del mismo nombre, la que, a pesar de los esfuerzos realizados para su conservación, tiene su fuente prácticamente colapsada y necesita una reparación capital, a lo cual se une el envejecimiento de las redes, el gran número de escapes, el continuo crecimiento de nuevos repartos de viviendas y el hecho de que los tanques, conductoras y redes resultan insuficientes para la cantidad de usuarios a los que se les brinda servicio.
A juicio de Alberto Eirín González, delegado de Recursos Hidráulicos en Sancti Spíritus, esta es de las pocas capitales de provincia que no se incluyen en los grandes planes inversionistas del organismo, aunque no por eso se ha dejado de trabajar en solucionar la situación de las redes de la ciudad con vista a obtener un proyecto de colaboración que permita financiar las diferentes rehabilitaciones.
Obviamente cada inversión lleva su planificación, sobre todo en tiempos de una economía deprimida y en fase de perfeccionamiento, pero a Sancti Spíritus le urge rehabilitar una infraestructura hidráulica que, según Isidoro Rodríguez González, vicepresidente del Consejo de la Administración Provincial que atiende el sector, en poco tiempo no estará en condiciones de dar agua a la villa del Yayabo por falta de capacidad.
Va a llegar el momento en que habrá que abastecer a la ciudad del Yayabo seccionada por días y zonas; ese es el futuro si no se hacen inversiones. La calidad del agua tampoco es buena y el dinero para este año alcanza únicamente para mantenimiento y cambiar los filtros en la Potabilizadora porque el módulo que nunca se usó está deteriorado y el óxido ha hecho lo suyo.
Más allá de una sequía que al parecer se extiende, el 2015 avizora buenas nuevas con el financiamiento de cerca de medio millón de pesos a fin de realizar trabajos de mantenimiento y rehabilitar parte de la construcción civil y sustitución de piezas en lo que sería el segundo módulo de la Planta Macaguabo, de manera que se pueda detener el deterioro y también mejorar el suministro, ya que entonces se podría usar alternativamente esa parte, que también lleva tecnología.
La otra referencia, según fuentes de la Delegación de Recursos Hidráulicos, abre expectativas para quienes viven en el reparto 26 de Julio de la capital provincial: “Es una de las zonas que tienen una situación crítica con el abasto y se trabaja en un proyecto de solución técnica como la posibilidad de un tanque elevado para minimizar la escasez del líquido y dar servicio, al menos en días alternos”.
Crisis económica aparte, más vale ser tercos en eso de salir adelante y, aunque sea a fuerza de insistencia habrá que aunar esfuerzos para valorar la magnitud del fenómeno en cada territorio en particular y por etapas ordenar las inversiones o reparaciones, pequeñas o mayores, atendiendo a la prioridad de la zona beneficiada, al financiamiento necesario y al volumen de complejidad constructiva. Y nadie piense que se trata de tozudez a ultranza; sucede que Sancti Spíritus también necesita agua y una infraestructura técnica que le permita disponer de un mayor bombeo.
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