“Lo que más me preocupa es pensar que esa recurrente cuota de ‘buche en buche’ no vaya a engordar al por mayor otros destinos”, escribía la colega Dayamis Sotolongo en las líneas de cierre del material titulado “Hay, pero no te toca”, que viera la luz en este mismo espacio de la edición correspondiente al 21 de febrero pasado.
La misma inquietud asaltó a esta reportera al tener entre sus manos una carta de respuesta a aquella denuncia, formulada por la lectora Mariela Yudy López Hernández, a propósito de su disgusto por no haber adquirido galletas dulces para su nieta en la mañana del 14 del propio mes, cuando se podía percibir a simple vista la existencia del producto en el almacén de la cafetería, ubicada en el parque zoológico de la cabecera provincial.
“Para la investigación de la queja se creó un grupo de trabajo que entrevistó a Armando Matienzo Barroso, administrador de la cafetería El Bosque, el cual reconoció la situación ocurrida (…), se comprobó que el mismo cumplía orientaciones de la Empresa de Gastronomía de Sancti Spíritus, pues en el almacén de dicha unidad se guarda toda la galleta dulce del municipio que va para diferentes lugares; que la unidad El Bosque tiene una cifra que solo puede consumir asignada para la sesión de la mañana y la de la tarde”, reza en la respuesta firmada por Ricardo García Hernández, al frente de la Dirección de Comercio en la provincia.
Consigna la misiva que la lectora estuvo de acuerdo con la explicación ofrecida y agrega: “Se le orientó a la empresa adoptar medidas para que situaciones como esta no vuelvan a ocurrir, la cual determinó dejar en esta unidad solo la galleta que le corresponde y el resto ubicarla en el almacén central”.
Escambray entendió prudente aclarar cierta incongruencia entre la anterior explicación y lo expuesto en un trabajo publicado en sus páginas semanas atrás, donde se afirmaba que bajo la jurisdicción de la unidad gastronómica del zoológico estaban, además, la de Los Caballitos y la Plaza Cultural.
Alexander Paulino, subdirector de Servicios de la citada empresa espirituana, explicó que sigue siendo así en el primero de los casos y especificó que en el almacén de El Bosque no se guarda toda la galleta del municipio, sino la de aquel lugar, la de Los Caballitos y otras cantidades correspondientes a ofertas esporádicas, como las de algunas actividades recreativas y planes asistenciales en determinadas comunidades. “Tenemos un almacén central en la calle Santana (Adolfo del Castillo) y ahí están las mayores cifras”, argumentó.
Vale advertir: de acuerdo con lo expuesto por Mariela —y que nadie ha desmentido hasta ahora— no fueron atinadas las respuestas para explicar lo que ante sus ojos lucía como un sinsentido. No es lo mismo producto para el día o el mes, como le dijeron, que destinado a otros establecimientos o fines. Comunicar bien es también atención al cliente.
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