Con las espuelas bien puestas, los arroceros espirituanos salen este sábado a discutir el título de la categoría Sub-23
Revolcados por el terreno, deslizados sobre el home y el box una y otra vez y con un “Huelga” casi lleno, que recuperó el delirio y los aplausos perdidos hace ya bastante rato, vivió el Sub-23 espirituano el último out del partido que les envió a la discusión del título del segundo campeonato nacional de su categoría.
A fin de cuentas ha sido esa la tónica de este equipo: tirarse en las bases, correr mucho, mucho, conseguir engarces hasta con los dientes, darse golpes en el pecho, reírse y soltar adrenalina en el terreno y el banco. Y porque finalmente los nervios pudieron colocarse en su lugar luego de tres días entre lluvias y tensiones, la alegría contagió por igual a jugadores, directivos y afición.
Más que acuñar el pase a la final, los muchachos de Lázaro Martínez enseñaron los argumentos que distinguen a esta nueva generación de jugadores que poco a poco penetra en el interés del público.
Fueron tres partidos intensos, dramáticos, espectaculares, que demostraron la capacidad de los muchachos para soportar presiones y poner a prueba lo que ensayaron en la etapa regular cuando la mayor parte de los juegos fueron definidos por estrecho margen.
Si los cinco errores del juego inicial definido en extrainning 1-0 en su contra, revolvió las dudas sobre una posible copia de los Gallos “adultos”, lo que vino después confirmó lo contrario, al remontar el play off con marcadores de 3-1 y 2-1.
Lo permitió una hermética defensa, que se mostró sin pifias los dos encuentros finales y regaló espectaculares jugadas al igual que sus rivales.
También un pitcheo fino y certero que admitió solo dos carreras limpias, propinó 25 ponches y exhibió un control exquisito con apenas cinco boletos, todo en 29 entradas. Pero más que los números llama la atención un elemento: la disposición mostrada por los lanzadores al pedir la bola en clara señal de amor a su camiseta.
Ello se manifestó en Pedro Álvarez, a quien no le importó que la lluvia le enfriara el brazo durante dos horas, para volver a lanzar y casi completar el juego sin regalar un boleto: “Es que desde el hotel me dije que ese juego no se podía perder”. Otro fue Javier Vázquez, subido al equipo en la última subserie, quien con el relevo ya en fase de calentamiento pidió seguir: “Iba a salir con el juego empatado, pero me quedaban 15 lanzamientos y le dije a Ifreidi: si hacen una carrera voy a salir, si lo hice en la Isla que no era mi provincia, ¿por qué no lo voy a hacer aquí?”.
Como ellos, también Aldo Conrado realizó una faena estupenda y Yankiel Mauri que perdió en un relevo inmenso de más de cinco innings y por una carrera sucia.
“Tienen mentalidad ganadora. Cuando el atleta dice que tiene deseos de seguir hay que darle un voto de confianza”, acierta Ifreidi Coss, entrenador de pitcheo.
No hizo falta tampoco la presencia de cuadrangulares. Apenas una ofensiva eficiente donde un cuarto bate fue sacrificado en toque de bola para construir la carrera que abrió el marcador en el choque definitivo. También un batazo “de nervios o de corazón” como los dos dobletes que conectó Yandier Zayas en los dos partidos cruciales: “Desde el banco me preparé para lanzamientos con los que me habían dominado en el turno anterior. Me ericé cuando vi al público aplaudiéndome, es lo que estábamos pidiendo desde que comenzamos a entrenar”.
Qué decir del hit de oro del partido final de un Alberto Rodríguez a quien le sobra en coraje lo que le falta en libras, aunque la emoción contagió al coach de primera, al abrazarlo en pleno terreno cuando pudo seguir hacia la base siguiente.
Así la voz se corrió de oído en oído. Y si el primer día se podían contar los presentes en el graderío, la victoria del martes atrajo a los aficionados para la jornada final, cuando el estadio lució más imponente.
“Al comenzar el campeonato, decíamos que queríamos llenar el estadio, pero todavía falta; llenamos una banda, tenemos que llenarlo completo —sostiene Héctor Huelga, uno de los directivos—. Si perdimos el primero vamos a ganar el segundo y si ya se ganó ese, hay que seguir para el próximo, esa es la verdadera filosofía del juego a juego”.
A días de la conformación oficial de los Gallos para la próxima Serie Nacional (será el martes 18 de agosto) el Sub-23 le ha subido la parada a los técnicos encargados de la nómina final de 32. No obstante, ese es un dolor de cabeza agradable.
Si no hay más cambios, este sábado a las 2:30 p.m. inicia la final en predios del Changa Mederos de la capital cubana frente a los Leoncitos de La Habana que vencieron también por la vía del dramatismo a Villa Clara 2-1. Tras el descanso dominical, el título se definirá durante lunes y martes en el José Antonio Huelga.
Podrán ganar o no en una final que se pinta igualmente difícil, pero con idénticas opciones para ambos. Haber llegado hasta aquí y de la manera en que lo han hecho no es una sorpresa, aunque algunos sostengan lo contrario.
Además de mayorear su grupo, varios de sus hombres han lanzado en Series Nacionales y más de la mitad repitió de un año a otro, además de prepararse con tiempo suficiente y competir y ganar como elenco antes de esta serie.
Verlos jugar, vale la pena y da gusto. Sin ofrecer el mejor béisbol regalan los ingredientes que todo espectáculo precisa y eso, en Sancti Spíritus, hace una falta inmensa.
Según ellos, salieron de aquí hacia la capital con las pilas puestas y la misma alegría de siempre, además con una inyección extra: la celebración del triunfo en semifinales en pleno parque Serafín Sánchez y del cumpleaños 89 de Fidel, a quien dedicaron el éxito.
Ganar el campeonato sería el éxtasis y lo que la afición le pide, después que lograron conquistarla. No hacerlo, no debe empañar nada de lo logrado hasta aquí, y no me tilden de conformista, porque les hago la misma exigencia: que piensen en grande.
“Estos son los nuevos Gallos”, asegura su mánager Lázaro Martínez. ¿Y usted qué dice?
Lejos de mi pais este es tipo de pelota que extrano,la que se juega por la camiseta..La que jugo Verdura en la 415 ,La de los gallos reales de Blandino,las tirada de cabeza de Oliva en tercera..Las bronca de la pelota regional en el estadium de Lepanto..Cuando se juega con el corazon el publico responde y cuando se pierde,la gente marcha satisfecha por que se dio el maximo esfuerzo..Arriba gallos,los gallitos son los otros!!!!
Buen comentario, y mucha suerte para esos muchachos y su equipo de dirección Lázaro, Huelga, que no lo dude nadie que lo mas importante en un deporte colectivo es hacer equipo y lo lograron lo demás es concentración y un poco de suerte que siempre hace falta y que yo les deseo. Si hay algo que criticar a mi juicio esta por la prensa nacional, con la baja cobertura y no es por defender a los espirituanos es la necesidad de estimular esa nueva generación de peloteros cubanos que sepan que son importantes, y eso también es trabajar para que se recupere el beisbol en nuestro país.
Aunuque ya lo he comentado aquí con anterioridad, lo mejor sería reforzar este equipo para la Serie Nacional y no a la a la inversa. El equipo de mayores está contaminado con la apatía, falta de garras y deseo de jugar caliente, les falta corazón y a estos muchachos les sobra. Ha sido una magnífica lección para los peloteros mayores de que si se puede aunque no estén las estrellas. Felicidades muchachos y ojalá que nos den el alegrón. El Yayabo completo seguro va a repletar el Huelga lunes y martes.
OBSERVADOR YA VEO QUE OBSERVASTE QUE LOS GALLOS Y LOS POLLITOS SON LA MISMA COSA
Exelente comentario, soy espirituano y seguidor 100 % de los gallos, me da una alegría inmensa ver como este equipo lucha cada juego y lo entrega todo en el terreno, eso es lo que el pueblo espirituano quiere. Felicidades a los nuevos gallos.