Aunque volvieron a quedar fuera de los play off, en la 55 SNB los Gallos cantaron mejor
Sin concretarse el último out de la primera fase, con varios equipos en compás de espera por los boletos, los Gallos volvieron a decretar el apagado del “Huelga” por tercer año sucesivo.
Lo hicieron con una extraña mezcla de conformidad, exámenes aprobados y otros en suspenso. Fieles a su lema, guapearon y se fajaron, porque ya en terapia intensiva lucharon hasta la subserie final, remontaron varias veces marcadores adversos y las más de las ocasiones salieron a pelear de la mano de un Mario Zulueta que logró impregnarles sed de triunfo, aunque no siempre lo tradujeron.
Pero los Gallos no fueron sistemáticos y perdieron el boleto, no en el extenso partido vs. Las Tunas, sino en el juego a juego, cuando no pudieron rematar a equipos más débiles o sucumbieron en una segunda etapa funesta. Admiro el esfuerzo de una tropa que se resintió en la médula la ausencia de Ismel Jiménez, aunque Yamichel Pérez (2.41 PCL) y Yuen Socarrás (2.11), con seis y cinco triunfos respectivamente, compensaron en parte esa falta.
Otros equipos como Guantánamo, Isla de la Juventud y Holguín sufrieron ausencias similares y están con vida. Sin embargo, en los Gallos coexisten tres generaciones y ya apunté que el roster regular promedia por encima de los 30 años, en tanto, excepto Luis Dariel Serrano y Daviel Gómez, sus integrantes superan las siete campañas. Seguir llorando penas por la juventud del elenco les impedirá crecer a la altura de un béisbol donde la renovación equipara posibilidades.
No me enrolaré en la aureola de euforia y autocomplacencia de algunos de sus miembros por el gran esfuerzo, porque soy defensora de premiar el resultado.
Una probable clasificación pudo esfumarse en la falta de impulsadores en juegos claves. Con el cuarto mejor promedio (284) el aprovechamiento fue bajo. Variantes se buscaron: los toques de bola con 45 (segundos) y se robaron 14 bases (décimos), pero llevaron a posición anotadora a 658 corredores y solo impulsaron a 140.
La mayoría de sus regulares superó los 300, lo que confirma una preparación adecuada. Eriel Sánchez (310) burló sus años y, con 26 impulsadas y 24 anotadas, fue el máximo productor de carreras, seguido por Daviel (338), primer bate ideal y segundo productor (19 impulsadas y 30 anotadas).
Pero no es solo promedio. Yunier Mendoza (339 y líder en hits del conjunto con 57) produjo 26 carreras, insuficientes para un tercer bate; en tanto Luis Dariel Serrano (252), máximo jonronero (9), impulsó 23 y anotó 23. Defiendo que los peloteros jueguen mientras rindan, solo hay que saber cómo usarlos dentro de una nómina en función de su aporte. Con Serrano habrá que trabajar hasta el cansancio en su defensa (15 errores), pues en tercera se decidió parte de los 972 de promedio (undécimo e inferior a la media), en tanto fue el cuarto equipo con menos doble play y eso suma carreras contrarias y resta posibles victorias.
El pitcheo descendió del tercero al duodécimo lugar con 4.02 PCL y el tercer mayor promedio de bateo contrario (289). De abridores como Javier Vázquez (3-4 y 5.24 PCL) o Pedro Álvarez (1-6 y 5.11) se esperaba más, mientras Yankiel Mauri (0-6, 3.66 y siete salvados) mereció mejor suerte y mejor manejo en varios partidos. Busque entre ellos las victorias que nos mantendrían con vida.
Me disculparán los lectores, pero dando vueltas y vueltas, caeremos, en lugares comunes de textos anteriores: aunque caminamos por algunos senderos diferentes, llegamos al mismo destino. El extrainning frente a Las Tunas nos retrotrajo a escenas repetidas con un marcador de 11-6 que trasluce el desmoronamiento luego de una batalla campal y empaña esa imagen, la última que queda en el imaginario de parte de una afición a la que se le puede cuestionar cualquier cosa, menos el apoyo delirante.
¡Cinco veces se pudo dejar al campo a los tuneros, atónitos al perder la ventaja de 5-0! Pero no llegó, como casi siempre, el batazo oportuno, se falló el toque dos veces entre amagos mal hechos y persistencia sin sentido o se turbó el torpedero al tirar a segunda cuando un corredor le pasaba por el lado hacia tercera…
Y lo otro. Parafraseando lo de “esto no se acaba hasta que se acaba”, cayeron en la trampa de celebrar cuando tras un cero de leyenda de Mauri en el inning 12 hubo deslizamientos sobre la hierba y brincos exacerbados. Así envalentonaron al rival que les quitó la respiración artificial y desalojó el graderío hasta el 2016.
También la pésima actuación arbitral pudo desestabilizarlos, mucho más un discutible out en segunda cuando el equipo estaba en alza, pero cuando está en juego la vida hay que aprender el “borrón y cuenta nueva”. Le faltan a Sancti Spíritus esos detalles que hacen la diferencia entre un equipo competitivo y otro que no lo es.
Por eso prefiero hablar más de un cambio de discurso que de mentalidad. Que en el repique propagandístico, aupado lo mismo con un colorido dogout con la mascota de todos los tamaños que con una mención radial, se buscaron otras ínfulas en el afán de erguirse como los “nuevos Gallos” es cierto. Mas, acrecentaron expectativas, no todas cumplidas: el saldo de 22-23 fue el mismo del año pasado y retrocedimos del noveno al onceno lugar para registrar una actuación decorosa con puntuación de tres.
La madera por tallar existe. Falta seguir estudiando para segundas y terceras convocatorias y reconstruir un nuevo sueño menos idílico para llegar a un destino también diferente.
soy de los que confio en los hombres, dejen trabajar a la nueva direccion,un equipo no se forma en pocas semanas y mucho menos cambiar su forma de pensar, ayudemos todos, sumemos cosas buenas , no restemos,digamos las cosas de frente con el objetivo de ayudar.Sigan como van confio en su profesionalidad y su entrega al trabajo, saludos pancho
No tengo porque negar que comparto muchísimo los enfoques de nuestra paisana Elsa en sus artículos deportivos y especialmente en aquellos referidos al desempeño del equipo de béisbol de nuestra provincia y este artículo que acaba de publicar no es una excepción, es decir, coincido con ella en la mayoría de los aspectos que aborda en este razonable comentario que resume, en síntesis, la actuación del equipo espirituano en la actual serie nacional.
Aunque ella no lo dice, ciertamente, la salida de los Gurrieles del equipo produjo un cambio brusco en el comportamiento y/o resultados del mismo en las series subsiguientes y esa realidad es inobjetable y aunque es un hecho irreversible y del cual ya no vale la pena hablar, lo cierto es que en estos 3 años que han transcurrido desde su salida, por parte de la dirección del equipo, de la comisión de béisbol y del propio INDER, no se ha echo un trabajo dirigido a la captación, desarrollo y preparación de jugadores que, defensiva y ofensivamente, estén en posibilidades de llenar el espacio dejado por los 3 Gurrieles y ello, junto a figuras jóvenes que integran actualmente el equipo y que evidentemente no disponen de la forma deportiva adecuada para las posiciones que ocupan, hacen que el equipo, que tampoco acaba de tener una dirección técnica convincente, no alcance los resultados que la afición y el pueblo de Sancti Spiritus merece y espera del béisbol terruño.
También agregar que, aunque las estadísticas resultan interesantes y que es cierto que las figuras más viejas en el equipo como: Eriel Sanches, Cepedas, Mendoza y Monteagudo han tenido un desempeño positivo y porque no decirlo, también meritorio, porque de lo contrario los resultados en esta serie hubiesen sido aún peores, no se puede negar que ya estas grandes figuras no rinden lo mismo, ni cuentan con las mismas capacidades y por lo tanto, ya no son los mismos peloteros. Un equipo puede tener magnificas estadísticas individuales, pero si faltan hombres que en el momento oportuno den el batazo que se necesita para impulsar carreras o para decidir un juego, peloteros que no estén debidamente entrenados para el corrido y robo de bases y encima cometan errores costosísimos, pues es imposible que podamos aspirar a ubicarnos en los lugares cimeros que ocupábamos hace 3 años atrás en nuestras series nacionales.
Y por último quiero expresar que es imposible que un equipo pueda aspirar a metas superiores con un picheo donde apenas dos hombres son capaces de iniciar y llevar un juego hasta los postrimerías y con esto quiero decir, que la dirección de beisbol de S.Spiritus tiene la altísima e indelegable responsabilidad de trabajar muy fuerte, a todas las instancias, en la búsqueda de figuras jóvenes y talentosas que sometidos a una buena preparación y a un entrenamiento de rigor, alcancen el nivel competitivo requerido para enfrentar a los contrarios con posibilidades de éxitos.
Para finalizar, decir, que ojala las consecuencias que estamos sufriendo por la salida de los Gurrielitos, no vuelva a repetirse cuando llegue el momento de que ya no estén en el equipo hombres como Eriel, Cepeda, Mendoza y Monteagudo entre otros.
Mi respeto Elsa.
Les puedo asegurar que para esta serie nacional Sancti Spiritus hizo la mejor preparación de su historia, a pesar de los pesares y errores tácticos y de todo tipo que se cometieron, también les falló el factor suerte en algunas oportunidades y que tan necesaria es a veces en el deporte. Confianza en el nuevo equipo de dirección tengo, pues si los anteriores se pasaron alrededor de 20 años (con solo un cambio de manager pero el resto de la dirección intacta) y no lograron nada cuando este equipo era el mas completo de Cuba como no confiar cuando con esta guerrilla han estado a punto de clasificar. Es cierto que hay que exigirles en busca de un resultado pues ese es el principal objetivo de su participación pero no podemos pedirles tampoco rendimientos a la altura de un Industriales con todos sus regulares con varias campañas y «captaciones» de unas cuantas provincias, al igual que Matanzas toda una selección nacional.
Y hablando de la suerte porque nos toca tantas veces el grupo donde está Fernando Zamora de arbrito, por favor las autoridades deportivas pedirle a la comisión nacional que no lo ponga mas en los juegos de Sancti Spiritus, no queremos que nos regalen nada los árbitros pero si que sean justos, y este con ser de aquí está contra nosotros.