El gobierno colombiano defendió este martes la postura de salvaguardar el espíritu de desescalamiento del conflicto, mientras las insurgentes FARC-EP le instaron a extender los gestos recíprocos.
En una declaración a la prensa, el jefe de la delegación de paz del ejecutivo del presidente Juan Manuel Santos, Humberto de la Calle, reconoció que «el mejor interés de los colombianos es preservar el espíritu de desescalamiento del conflicto. Es algo que debemos salvaguardar».
De la Calle expresó «que aminora la intensidad de la guerra y esta buena noticia no puede verse opacada por sus complejidades».
Al respecto, aclaró que la tesis del desescalamiento del conflicto no viola la Constitución, ya que esta impone el deber de buscar la paz y no le señala al Presidente el tipo de vías o estrategias que debe usar para ello.
De la Calle destacó los avances logrados en las recientes semanas para aminorar el impacto del conflicto, como el desminado, la tregua unilateral decretada por las FARC-EP y la decisión presidencial de suspender los bombardeos contra los campamentos insurgentes, aunque advirtió que no hay cese bilateral del fuego disfrazado en esta coyuntura.
No obstante, aseveró que aunque nunca ha querido exagerar las posibilidades de la paz, dijo que estas son reales y para ello «requerimos apoyo, confianza y esperanza. Las noticias hoy son buenas en medio de la tragedia. No podemos desfallecer», señaló.
Por su lado, el jefe de la delegación de paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), Iván Márquez, coincidió en el compromiso de las partes de seguir avanzando -como parte del desescalamiento- en el proceso de desminado que tiene lugar actualmente en la vereda El Orejón, en el departamento de Antioquia.
Al respecto, el líder insurgente manifestó el deseo de que esta tentativa señalice además el camino para la atención por parte del Estado de comunidades sumidas en el abandono, olvidadas de los programas sociales.
Igualmente, denunció que el fenómeno del paramilitarismo sigue vivo e instó al Gobierno a actuar, investigar y establecer responsabilidades, y no quedarse con los brazos cruzados ante este flagelo.
Descontaminar y limpiar el territorio de artefactos explosivos, eliminar la amenaza paramilitar que apunta contra campesinos inermes, es desescalar el conflicto, afirmó Márquez.
A ello agregó que el cese unilateral del fuego declarado por las FARC-EP y la inmediata correspondencia del Gobierno decretando el cese de los bombardeos, debe extenderse además con otros gestos recíprocos de desescalamiento por las partes.
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