De concretarse, el programa de acciones aprobado por la Asamblea del Partido en La Sierpe, a la par de revertir carencias en el funcionamiento de la organización, debe potenciar las reservas productivas del sureño territorio.
Si la militancia del Partido Comunista de Cuba (PCC) de La Sierpe no desea ver reciclados los insuficiencias presentes en el funcionamiento interno, en el desempeño socioeconómico integral del territorio y en la política de cuadros, deberá llevar de cabecera el plan de acciones, aprobado en la Asamblea Municipal del Partido, caracterizada por intervenciones precisas y poco reiterativas.
Con pelos y señales, están identificados los problemas en el sureño territorio, con un protagonismo en ascenso en la vida económica de Sancti Spíritus en renglones vitales como las producciones arrocera, ganadera y de cultivos varios; solo falta perfeccionar los sistemas de trabajo en el seno de PCC para lograr el vuelco necesario, bajo el impulso y el control de la organización.
Por razones obvias, el debate arrancó por el programa arrocero. Si bien es cierto que el pasado año creció el número de áreas sembradas, y la recolección de arroz consumo —52 963 toneladas—, superó lo registrado en el 2013, los niveles productivos pudieron ser más altos —estuvieron por debajo de los vaticinios—, a pesar de las irregularidades en el suministro de urea, una de las causas de los bajos rendimientos agrícolas.
A colación con ello, Raúl Hernández Negrín, secretario general del Comité del Partido en la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro, subrayó las carencias que muestran en su preparación determinadas direcciones de núcleos en las bases productivas. “Hay secretarios que desconocen sus planes productivos; entonces, ¿cómo van a controlar y a exigir su cumplimiento?”, se preguntó.
En un reflexión autocrítica, dirigentes partidistas de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) Peralejo reconocieron las deficiencias en el chequeo de los rendimientos agrícolas de la entidad, las debilidades en el funcionamiento de las comisiones de trabajo del PCC e, incluso, la falta de ejemplaridad de militantes.
Algunas de estas anomalías se extrapolan al sector cooperativo y campesino, como lo advirtió Gaudencio García, al frente del núcleo de la CCS Ernesto Che Guevara, inmersa ahora en el reordenamiento de las áreas. “Se ha dejado de invertir en la nivelación de los terrenos y en la limpieza de canales”, indicó.
Estas últimas razones, junto a dificultades en el manejo del agua y en las atenciones culturales a los campos, a no haber logrado la organización de la siembra en bloques compactos que permitieran una mayor eficiencia de la maquinaria en el corte y a la mala preparación de la tierra, condicionaron, igualmente, la no materialización del plan en el 2014.
A partir del análisis de tales realidades —según Orlando Linares Morell, director de la principal entidad económica de La Sierpe—, se promueven acciones organizativas y de fiscalización desde la empresa hasta la base —incluido el fortalecimiento de la dirección de algunas UBPC— para dar respuesta al plan de producción del cereal, reajustado ante los bajos niveles de agua de la presa Zaza.
Al intervenir ante el plenario, el miembro del Comité Central y su primer secretario en Sancti Spíritus, José Ramón Monteagudo Ruiz, insistió en la necesidad de crear una cultura de cumplimiento, desterrar las justificaciones y de enfrentar las condicionantes subjetivas que limitan mayores avances en los centros laborales.
Monteagudo instó a explotar al máximo las reservas productivas en renglones como el arroz, la leche y la carne en la empresa Sur del Jíbaro, potenciada en el 2015 —como ha ocurrido en años anteriores— con la asignación esta vez de alrededor de 24 millones de pesos por el Estado para fomentar sus niveles económicos.
La gradual recuperación lechera y ganadera; la urgencia de acabar de poner en su lugar el control interno —muro de contención ante las manifestaciones de corrupción y los delitos económicos— y las insuficiencias en la aplicación de la política de cuadros en el Partido, el Gobierno, el Estado, la UJC y las organizaciones de masas también marcaron la agenda de la asamblea sierpense.
El jefe del Departamento Ideológico del Comité Central, Rolando Alfonso Borges, aludió a la tesis de no generalizar a la hora de los análisis. “Cada problema tiene su responsable, y hay que nombrarlo, como ustedes lo han hecho”, agregó.
Alfonso Borges sostuvo que lo alcanzado por la Revolución ha sido gracias a la fortaleza de sus ideas, y, en consecuencia, alertó acerca de las complejidades ideológicas de la actual etapa, marcada por el proceso de normalización de las relaciones con Estados Unidos.
La asamblea eligió el Comité Municipal y este, a su vez, el Buró Ejecutivo, al frente del cual resultó ratificado Dermis Ramírez Torres.
Felicidades a los sierpenses, creo que desde hace rato se hacen en este municipio análisis fuertes, hay que seguir dando prioridad a este territorio en lo que a lo social se refiere y ello nos llevará a estabilizar la fuerza de trabajo de sus entidades sobre todo Educación y Salud. Vergüenza y dignidad hay en este municipio de sobra.
Los problemas arroceros, ganaderos y cultivos varios no han cambiado en las 5 décadas anteriores. Es decir si se leen los periodicos de los 60, 70, 80, 90, etc. no ha cambiado la situación en esos sectores y todos los años se discute sobre lo mismo……
La agricultura en un pais como Cuba puede mejorar con el aumento de la propiedad privada en el sector sin que el gobierno pierda el control total de la rama. Las grandes empresas estatales no son capacez de aumentar la producción de igual forma que el campesino particular…….