En un encuentro calificado de respetuoso y profesional, ambas partes acordaron continuar los intercambios sobre este tema
Representantes de Cuba y Estados Unidos mostraron hoy aquí disposición a continuar el diálogo sobre bienes nacionalizados a ciudadanos estadounidenses en la isla a partir de 1959, y sobre los daños provocados a los cubanos por el bloqueo económico.
Como parte de una reunión informativa, las delegaciones intercambiaron información sobre las compensaciones mutuas pendientes de solución entre ambos Estados, precisa una nota del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex).
En un encuentro calificado de respetuoso y profesional, la delegación de Cuba expuso las bases de las reclamaciones, en particular las demandas del pueblo cubano al Gobierno de los Estados Unidos por daños humanos y económicos, reconocidas por los tribunales del país, explica el comunicado.
Ambas partes acordaron continuar los intercambios sobre este tema, añade el texto del Minrex.
La delegación cubana estuvo encabezada por Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores; y la estadounidense por Mary McLeod, viceasesora legal principal del departamento de Estado.
Cuba ha indicado ante diferentes foros, entre ellos Naciones Unidas, que los daños económicos debido al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Washington desde 1962 ascienden a 833 mil 755 millones de dólares, según el valor del oro que, a precios corrientes, suman 121 mil 192 millones de dólares.
Estados Unidos ha dicho que seis mil personas y empresas reclaman en la isla propiedades por un valor total de unos siete mil millones de dólares.
Las reclamaciones de ciudadanos estadounidenses están certificadas por la Comisión de Liquidación de Reclamaciones en el Exterior (FCSC), dependiente del Departamento de Justicia y que actúa como árbitro en litigios con gobiernos extranjeros y en liquidaciones de bienes extranjeros en Estados Unidos.
En 1959, la ley de Reforma Agraria en Cuba estableció la expropiación, pero compensada por bonos soberanos de la República sobre el valor de la tierra en los libros de contabilidad, devengando un 4,5 por ciento de interés anual, pagaderos durante 20 años.
Propietarios norteamericanos de tierra, entre ellos la United Fruit Company, negociaron durante casi un año esa compensación, pero la negativa del gobierno norteamericano impidió concretar la misma.
A partir de ese momento, las hostilidades crecieron aceleradamente hasta que en julio de 1960 el gobierno del presidente Dwight Eisenhower (1953-1961) suspendió la cuota azucarera cubana en el mercado norteamericano, que alcanzaba 700 mil toneladas, con graves implicaciones económicas para Cuba.
Debido a esta decisión, el gobierno revolucionario de La Habana dictó la expropiación forzosa de propiedades norteamericanas mediante la Ley 851 del 6 de julio de 1960.
En Cuba, la Ley 80 de la Reafirmación de la Dignidad y la Soberanía Cubanas de 1996 fijó que esas indemnizaciones tendrían que negociarse considerando las reclamaciones por daños del gobierno cubano.
En enero de 2000 los tribunales cubanos establecieron el pago de 121 mil millones de dólares mediante la Demanda del Pueblo Cubano contra el gobierno de Estados Unidos por los Daños Económicos Ocasionados durante más de medio siglo.
A ello se añade lo consignado en la Demanda del Pueblo de Cuba al Gobierno de Estados Unidos por Daños Humanos, de mayo de 1999, mediante la cual se reclamaron otros 181 mil 100 millones de dólares, cifras que se incrementaron desde entonces.
Desde el anuncio del proceso para restablecer las relaciones bilaterales, el 17 de diciembre de 2014, Cuba y Estados Unidos abrieron embajadas en sus capitales respectivas y mantienen diálogos sobre temas como tráfico ilícito de migrantes, trata de personas, telecomunicaciones, aeronáutica civil, protección ambiental y derechos humanos, entre otros.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.