Se reportaron en la provincia espirituana siete tormentas locales severas en el sexto mes del año
Cualquier espirituano puede haberse asustado con tantos rayos y fuertes ráfagas de viento acompañados de lluvia; sin embargo, las siete tormentas locales severas reportadas en la provincia durante el pasado mes de junio, aunque constituye noticia, se consideran normales para el sexto mes del año.
Según Freddy Ruiz, especialista del Centro Meteorológico Provincial, pese a que en igual fecha del año 2014 solo se reportaron cinco tormentas locales severas, en ambas ocasiones pueden haber ocurrido más aún, pues, al no existir una red estatal en todas las comunidades de la provincia, la mayoría de estos reportes se reciben de la población que llama a los teléfonos 326170 o 327432 del Centro Meteorológico Provincial, llamado a colaborar que el meteorólogo hace patente a los espirituanos.
Precisó la fuente que en la zona de San Marcos, en el municipio de Yaguajay, el pasado día 10 de junio ocurrió un tornado que originó daños en casas de curar tabaco, al techo de un almacén y fracturó árboles. Asimismo, destacó la tormenta local severa del día 26 en la ciudad de Sancti Spíritus, donde la racha máxima de viento de 106 kilómetros por hora registrada por la Estación Meteorológica local constituye nuevo récord para este mes del año.
Manifestó Freddy Ruiz que en algunos años durante una parte del período lluvioso (mayo-octubre) se incrementa la severidad de las descargas eléctricas, algo que llama mucho la atención de la población. Esto se debe —dijo— a la presencia de un sistema meteorológico que se manifiesta en los niveles superiores de la troposfera, a alturas de 10 a 12 kilómetros y que frecuentemente logra proyectarse hasta los niveles medios (alrededor de los 5 kilómetros de altura), fenómeno que en Cuba se le denomina baja fría. En los países anglosajones lo llaman cut-off low; en España y Alemania gota fría, aunque últimamente en gran parte de Europa la denominan (DANA) Depresión Aislada de Niveles Altos.
El experimentado meteorólogo espirituano significó que un tema de gran interés público es el de los fuertes truenos. En tal sentido argumentó que se ha podido comprobar que la temperatura promedio de un rayo es de 20 000 grados Celsius y que la misma ocasiona que el relámpago se expanda a través del aire más frío circundante a una velocidad mayor que la del sonido, lo que produce una onda de choque (similar a la de una explosión) que es el trueno. Dependiendo de la naturaleza del rayo y de la distancia de la persona, el sonido del trueno puede variar y escucharse diferente (acústica), pudiendo alcanzar hasta 110 decibelios, valor cercano al umbral de dolor para el oído humano. Es por ello que lo primero que llega a nuestros ojos es el relámpago y luego de varios segundos, escuchamos el trueno.
Finalmente concluyó el especialista con una fórmula que puede resultar de interés para los lectores: si una persona quiere saber a qué distancia cae un rayo, al ver el relámpago cuenta los segundos que transcurren hasta oír el trueno y lo multiplica por 0.33 y el resultado es la distancia a que cayó el rayo en kilómetros.
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