No poca alarma provocó en Sancti Spíritus el saldo de la última visita nacional al sistema de alto rendimiento, que otorgó la calificación de Regular
Parecía un eufemismo, luego del torrente de medallas que dejaron los Juegos Centroamericanos de Veracruz, donde 18 de los 19 atletas yayaberos regresaron con preseas, y del segundo lugar por medallas en los Juegos Escolares Nacionales.
Tecnicismos, puntuaciones y desacuerdos aparte, lo cierto es que la reserva del territorio muestra más de una fisura bajo la lupa de la exigencia nacional que precisa tener “bajo la manga” los campeones de esos futuros juegos o de citas olímpicas.
Una indagación montada en cifras deja ver la primera grieta: en el indicador de resultados competitivos nacionales, escolares, juveniles y sociales no le salieron bien las cosas a la provincia durante el último período anual. Y esto es como decir el corazón del deporte, pues competir es, en primera y última instancia, la esencia de esta rama.
“Si no se compite no se entrena”, alega Lázaro Rodríguez, director de la EIDE Lino Salabarría, un axioma que interpreto como la motivación que falta en la base para darle un matiz diferente a la preparación deportiva.
Hacia “abajo” la cadena enseña eslabones sueltos: Sancti Spíritus se ubicó como última provincia del país en la participación de atletas en copas pioneriles durante el período 2013-2014, con apenas 653 atletas, mientras Artemisa inscribía 3 955 y Ciego de Ávila, 1 896.
Estos eventos resultan el principal termómetro del deporte de base y la oportunidad de los más pequeños para medirse con sus contrarios y trazarse metas en la escala hacia el alto rendimiento. Mas, mucho antes de esta visita, una investigación asumida por el máster Heriberto Rodríguez Verdura, profesor de la universidad del deporte espirituano, desde hace unos cuatro años diagnosticó las principales problemáticas de la iniciación deportiva aquí y desnuda la realidad de los combinados y áreas, pero fuera de los premios obtenidos en este o aquel evento, sus problemas, objetivos y conclusiones no parecen despertar más allá de los tribunales académicos.
Otro elemento incide en las deudas del resultado. Las Ligas Estudiantiles provinciales lograron reunir a unos 92 atletas para el decimotercer lugar del país. Únale a ello que en 10 de los deportes considerados estratégicos Sancti Spíritus se ubicó en la décima posición y con ello arrastró al territorio a esa ubicación general, pese a la alta cosecha de medallas.
Es una verdad que Sancti Spíritus ha capitalizado tradicionalmente la organización de eventos de nivel nacional e internacional, pero en los últimos años ha decaído la realización de competencias propias, tanto provinciales como municipales.
La mayoría de las disciplinas no cuentan con esa confrontación y cuando la efectúan lo hacen en un maratón de fin de semana, más para cumplir una indicación que como promotora de la rivalidad y la forja de talentos.
Y no hablo solo de deportes “menos visibles”. Hace poco el voleibol realizó su torneo provincial luego de tres años sin convocarlo, las competiciones entre beisbolitos pugnan por renacer y hasta el baloncesto, hoy entre los evaluados de Bien, pudiera caer en un marasmo si no estimula sus competiciones intermunicipales.
Los tres deportes evaluados de Mal: esgrima, kárate y pesas hablan solos. Desde la falta de un comisionado provincial, de armamentos y trajes en el caso del primero; falta de suficientes practicantes y competencias en el segundo, hasta la ausencia de un poco de todo en el tercero.
Ello limita cualquier estrategia, fuera del elemento económico-presupuestario que también tiene su peso: “No disponemos de capacidades objetivas para alojar a los atletas, solo tenemos la EIDE y a veces no se puede afectar el proceso, el año pasado muchas competencias presentaron problemas con la alimentación y se trata de priorizar los deportes que van a Copas Nacionales, hoy se buscan capacidades en el hotel deportivo, en los municipios, ahora haremos un concentrado para las Copas Pioneriles”, estamos terminando el tercer chequeo a la preparación y las proyecciones son positivas”, alega Yolanda Castañeda López, jefa de departamento de alto rendimiento en la provincia.
Otro asunto a resolver es el llamado mapa de matrícula de la EIDE que, aunque ha mejorado, tiene a la capital provincial con cerca de un 50 por ciento de la matricula general mientras municipios con potencialidades históricas como Yaguajay (42) y Fomento (26) esperan que las futuras captaciones miren más a sus terruños, tal como ocurre en La Sierpe con un levantón inusual (42).
Para Carlos Bermúdez, director de Deportes en la provincia, el alto rendimiento es un laberinto aún por desentrañar: “Queremos rescatar eventos que no se hacían, pero hay que sentarse a organizar, planificar, ha faltado prioridad en los aseguramientos a los deportes, nuestras unidades de aseguramiento tienen que crearles las condiciones a las instalaciones donde se efectúan esos torneos, hay que conciliar con tiempo con los municipios, pero también ha faltado iniciativa”.
Los medallistas del mañana de esta tierra pueden estar tras un balón “ponchado” o un terreno sin delimitaciones; mas fuera de puntos y evaluaciones están en la capacidad y el olfato de la familia deportiva de encontrar y forjar a sus campeones.
Porque al final los directivos, los entrenadores, y la gran mayoria esta «puesto pa’ buscarse la mision». Si hay que resolver problemas es mejor ir a resolverlos al Congo o Angola, porque por lo menos alla pagan en $$$$$$.
Resolver problemas locales solo da dolores de cabezas.
Leer un artículo como éste, desde donde estoy, solo me deja muy triste. En ese Centro pasé una etapa muy importante de mi vida mientras desarrollaba mis habilidades en la práctica del voleibol. Fueron tiempos difíciles: los del periodo especial, no había de nada, pero sobraban ganas de triunfar. Se entrenaba con lo que había porque lo importante era mantener la forma. Puedo entender a los directivos; pero en sus respuestas, me sobran excusas. Es una pena.