Convertirse en la nueva reina de Cuba en el lanzamiento del martillo es propósito de la espirituana Yirisleidis Ford
El reto que tiene por delante, parece pesarle más que el martillo. Hasta decirlo, cuesta. Mas convertirse en la nueva Yipsi Moreno de Cuba y del mundo, anunciado el retiro de esta última, es a todo cuanto aspira la taguasquense Yirisleidis Ford Carbonel.
Es como decir esculpir un sueño que te convierta en leyenda. En eso se erigió la camagüeyana por su presencia sistemática en los podios olímpicos, mundiales, panamericanos, centroamericanos…
A estas alturas, incluso, Juan Miguel y Esteban Arrechea, entrenadores espirituanos de Yirisleidis, quienes la catapultaron para el alto rendimiento, esperaban verla unos metros más allá.
Tal fue la progresión de sus marcas desde que encandiló a todos con sus tirazos por encima de los 28 metros, con 12 años, o los 68 metros con que encabezó el ranking mundial juvenil hace apenas un quinquenio, o cuando se convirtió en titular panamericana de esa categoría.
Pero la muchacha de Tuinucú tuvo un impasse que puso en peligro su presencia en la selección nacional. En medio del ultimátum, Ford sacó a flote sus reservas y, con cota personal de 70.46 metros, logró incluirse en el equipo que participó en Veracruz a poco más de un mes de volver a tomar el martillo en sus manos. El resto de la historia ya se sabe: medalla de plata con 69.62 metros, a la escolta de Yipsi.
¿Hasta dónde los hombros y los brazos de la jovencita cargan ese peso? Escambray buscó respuestas a las puertas de la temporada que la llevará a los Juegos Panamericanos de Toronto y puede conducirla a la Liga del Diamante y al Campeonato Mundial en agosto.
“Es un reto muy duro, además de que tengo otra compañera (Ariannis Vichy ) que también lucha por estar entre las primeras, pero ya abrí alante y ahora seguiré para poner en alto el nombre de Yipsi, que es como decir el de Cuba”.
Tus entrenadores soñaban que ya fueras émula de Yipsi.
Primero que todo una es joven y a veces se pierde en los objetivos que tiene por cumplir; creo que eso fue lo que pasó, me disgusté un poquito con el deporte, pero abrí los ojos y dije: este es mi camino, es lo que yo quiero y aquí estoy otra vez.
¿Ese impulso te lo dio competir con ella en Veracruz?
Competir con ella en los Centroamericanos me impulsó mucho, es muy buena competidora como todo el mundo sabe y me dio ánimos durante la competencia para poder lograr el 1-2 que se proponía Cuba.
Pero te quitó el oro en el último disparo
Una nunca se imagina lo que puede suceder hasta el último momento, ella sacó ese tiro de abajo de la manga como tantas veces lo ha hecho, pero pude conquistar la plata, que para mí fue oro porque me quedé detrás de una de las mejores martillistas de todos los tiempos.
¿Te impresionó tenerla tan cerca?
¡Wao!, es impresionante tener a la campeona de tantos años ahí al lado tuyo y que te dé ánimo, es increíble; incluso me encantaría que no se retirara para continuar esa experiencia junto a ella, porque realmente tenemos muy buenas relaciones”.
Su retiro es un hecho, según sus palabras. El primer reto está a unos meses con los Juegos Panamericanos.
Quisiera mantener a Cuba en lo más alto del podio, y no digo el oro porque nadie sabe lo que pueda pasar, pero sí voy a luchar por él o por una medalla. El año pasado lancé por encima de 70 metros, por tanto ese objetivo es alcanzable.
¿Cuánto cuesta ganar un metro en los lanzamientos?
Más sacrificio, esfuerzo, horas sin dormir, dedicarle tiempo…
El ritual y los gritos de las martillistas, ¿aumentan distancias?
Es un trabajo psicológico que nos hacen y con el tiempo se te va quedando una costumbre de representarte los movimientos antes de lanzar y así como lo hace Yipsi otras lo hacen de distinta manera y se nos queda… Y creo que sí, que ese grito impulsa, como no respiramos antes y durante los cuatro giros, cuando terminamos de lanzar es como si se fuera esa energía positiva que le da un poquito más de impulso y fuerza al martillo.
Seria maravilloso que esta gloria del deporte spirituano se convirtiera en la nueva Yipsi. Claro con algunas correcciones éticas y de educacion formal para que cuando tire el martillo no se pare frente a las cámaras a decir palabras Obscenas, que todo el pueblo de Cuba las oía y los pobres comentaristas deportivo perdían el habla y no sabían que decir,