Padura, el primer escritor cubano en recibir el galardón en la sección de Literatura, rindió homenaje en su discurso a Cuba, la lengua española y el trabajo, que considera sus tres patrias.
El escritor cubano Leonardo Padura recibió el Premio Princesa de Asturias en una ceremonia a la que llevó una pelota de béisbol, el deporte nacional de su país, en recordación de su natal barrio habanero de Mantilla.
En el Teatro Campoamor, de esta ciudad, Padura fue el primer orador de los galardonados, entre quienes están en Artes el cineasta estadounidense Francis Ford Coppola y en Investigación Científica y Técnica Emmanuelle Charpentier (Francia) y Jennifer Doudna (Estados Unidos).
También fueron galardonados en Comunicación y Humanidades el español Emilio Lledó; en Cooperación Internacional la enciclopedia digital Wikipedia; en Ciencias Sociales, Esther Duflo (Francia) y en Concordia, la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
Los premiados en Deportes, los hermanos españoles Pau y Marc Gasol, no pudieron asistir a la ceremonia presidida por los reyes de España por requerimientos de sus equipos en la liga de la Asociación Nacional de Baloncesto de Estados Unidos (NBA).
Padura, el primer escritor cubano en recibir el galardón en la sección de Literatura, rindió homenaje en su discurso a Cuba, la lengua española y el trabajo, que considera, según dijo, sus tres patrias.
«Soy cubano por mis 64 costados», expresó el escritor, quien resaltó la herencia de sus padres y orígenes habaneros, que -afirmó- le inculcaron la práctica de la fraternidad, la solidaridad y el humanismo.
Enarbolando una pelota de béisbol, Padura recordó la frase del cantante argentino Carlos Gardel en su debut en el Olympia de París: «ÂíSi estuvieran aquí los muchachos del barrio!» y rindió tributo a sus orígenes y su vida en el habanero barrio de Mantilla.
El creador del peculiar investigador Mario Conde, afirmó que debe a Cuba, su cultura y su historia casi todo lo que es y el resto a su empecinamiento y trabajo y la «maravillosa lengua española», aprendida desde la cuna.
Ser escritor, es una bendición que asumo como una responsabilidad artística y civil, que me ha generado incomprensiones y marginaciones cuando era considerado apenas un autor de novelas policíacas, afirmó el autor.
Padura, para quien la fórmula de éxito, según expresó, es el trabajo diario, agradeció también a España donde ganó en 1995 uno de sus primeros galardones literarios, el Premio Café Gijón.
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