Mototurismo en Sancti Spíritus

Desde hace un tiempo sobre las carreteras espirituanas ruedan unos hombres extraños, con chaleco negro, rostro semicubierto y motos hermosas que atraen la mirada de los curiosos.

Tras el rastro de estos llamativos ciclistas, Escambray cayó de bruces ante un deporte que cobra vida aquí, luego de ver la luz en la Ciudad de Chicago, del estado de Illinois (USA) en el año 1977, cuando en los alrededores del Parque Humboldt un grupo de emigrados puertorriqueños, encabezados por Mario Nieves, quiso cambiar la percepción sobre los motociclistas, catalogados hasta ese momento como bandas de gente mala y temeraria.

Entonces comenzaron a prestar servicios comunitarios junto a policías, bomberos y pueblo en general, mediaron en conflictos raciales y de otra índole, realizaron grandes donaciones de juguetes para niños de familias sin recursos económicos hasta ganarse un espacio social importante y expandirse por el mundo; hoy cuentan con más de 20 000 integrantes en América Latina, Europa y Australia, con la esencial pasión de viajar, conocer gente y crear nuevos lazos de hermandad entre diferentes naciones.

Cuba se suma a la fiebre  a finales de 1999, bajo el ojo visor de Nieves, su presidente internacional. Desde entonces el contagio alcanzó a unos 200 motoristas de varias provincias con la creación de capítulos en Matanzas, Villa Clara, Pinar del Rio, Camagüey, Holguín, Santiago de Cuba y Sancti Spíritus, este último el más reciente miembro desde febrero del 2013.

Quienes sientan atracción por esta modalidad tendrán la oportunidad de asistir a la celebración de una competencia singular de motores en la ciudad espirituana el próximo 25 de abril, cuando cerca de 80 motos de diferentes partes del país recorran la urbe capitalina, donde tendrán una estancia de 30 minutos en el parque Serafín Sánchez, con el objetivo de mostrar las motos, intercambiar con la comunidad y conocer parte del Centro Histórico.

Gerardo Legón, secretario nacional y vicepresidente de la Asociación en Sancti Spíritus, habla sobre la seriedad de esta propuesta que se rige por un reglamento internacional y promueve la práctica sana de la actividad deportiva, donde correr no es justamente el objetivo esencial. “Los eventos tienen carácter competitivo, pero para el desarrollo de habilidades, nunca que traigan consigo el riesgo de la vida de pilotos o peatones, incluso se premia al último que llega. El objetivo esencial es rodar en una caravana donde se respete la seguridad vial y promover el respeto a las leyes”.

Agrega que como parte de la inserción social participan de forma activa en actividades organizadas por los gobiernos locales en los desfiles de inauguración y cierre del verano, en festejos carnavalescos y en las diferentes jornadas por la seguridad vial, entre ellas las semanas nacionales del tránsito.