Durante más de 30 años el Museo Nacional de Lucha Contra Bandidos ha mostrado a Cuba y al mundo los detalles del enfrentamiento a las bandas contrarrevolucionarias en el Escambray
El edificio, antiguo convento de San Francisco de Asís, se convirtió en Museo Nacional de la Lucha Contra Bandidos (MLCB) el primero de junio de 1984, con carácter histórico y único de su tipo en el país, para recoger, conservar y mostrar los momentos esenciales del agudo enfrentamiento clasista desatado en la isla a partir de 1959, con el incentivo del gobierno de los Estados Unidos al bando de los alzados en armas contra la naciente Revolución.
El museo recoge la historia de aquella epopeya, ocurrida entre 1959 y 1965, cuyo principal protagonista resultó el pueblo de Cuba. En cinco salas permanentes de exposición se muestra la participación en los hechos de las Brigadas Universitarias José Antonio Echeverría, los antecedentes de la Lucha Contra Bandidos, las personalidades que sobresalieron en aquellos hechos, las cuatro etapas en que se desarrollaron los acontecimientos y una galería de los mártires.
Además, el edifico cuenta con un patio interior, donde se exhiben dos exponentes de considerable interés: un camión GAZ 63, de tecnología soviética, utilizado para el traslado de los milicianos en las zonas montañosas; y una lancha pirata tipo Fórmula, de las financiadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos para trasladar combustibles, armas y todo tipo de avituallamientos para los bandidos.
También se encuentra a disposición de los especialistas, estudiosos y otros interesados un Centro de Documentación de referencia nacional, con documentos y trabajos investigativos; y una Sala Polivalente utilizada en conferencias, conversatorios, muestra de videos y documentales.
Según detallan directivos y especialistas del museo, la institución profundiza en aspectos relacionados con la contrarrevolución armada y los mecanismos de respuesta de la Revolución.
Las muestras incluyen armas de los miembros de las Milicias Nacionales Revolucionarias y de los bandidos, fragmentos de paracaídas, uniformes y collares de Santa Juana, entre otras pertenencias de ambos bandos.
Vinculadas con el centro también se encuentran dos dependencias externas de considerable interés: la Casa Museo Manuel Ascunce y Pedro Lantigua, educador y campesino de la zona asesinados por los bandidos, respectivamente; y la Casa Museo Alberto Delgado, agente de la Seguridad del Estado, igualmente ultimado en aquellos enfrentamientos.
Los anales escritos del MLCB dan fe asimismo de que el inmueble, ubicado a unos 60 metros de la Plaza Mayor y en pleno Centro Histórico de Trinidad, se integra, tanto desde el punto de vista físico como conceptual, a la larga y apasionante historia de una zona que, por sus valores excepcionales, fue declarada en 1988 Patrimonio Cultural de la Humanidad.
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