El presidente Barack Obama defendió en el discurso sobre el estado de la Unión su decisión de iniciar un proceso de cambios en la política hacia Cuba, anunciados el 17 de diciembre pasado.
Ante una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes, el mandatario pidió al Congreso que comience a trabajar este año para poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto contra Cuba desde hace más de medio siglo.
Señaló que respecto a la isla caribeña, Estados Unidos está acabando con una política que hacía tiempo caducó, por lo que es momento de intentar algo diferente.
Obama citó las palabras del Papa Francisco, quien señaló que la diplomacia avanza con pasos pequeños, y eso es lo que se está haciendo con Cuba, añadió.
En otros temas de política exterior, Obama pidió un permiso explícito para emplear la fuerza militar contra el Estado Islámico, con el fin de continuar la campaña contra ese grupo fundamentalista.
Estas acciones militares se realizaron hasta la fecha bajo el amparo legal de resoluciones aprobadas tras los ataques terroristas del 11 Septiembre de 2001, bajo la presidencia de George W. Bush (2001-2009).
Reconoció que a pesar de los avances económicos del país, la situación es todavía difícil para muchos ciudadanos norteamericanos y pidió al Congreso apoyar su política a favor de sectores de menores ingresos y seguir adelante tras dejar atrás la recesión
El mensaje del jefe de la Casa Blanca intentó ser optimista ante sus conciudadanos sobre la marcha del país, pero según encuestas recientes, la mayoría de los estadounidenses aún piensan que la nación marcha en la dirección equivocada.
Frente a miembros del gabinete y a los jueces de la Corte Suprema, el mandatario dijo que el estado de la economía es fuerte y sólido, tras salir de la recesión.
Obama prometió combatir a fondo las maniobras republicanas contra su agenda de gobierno, en particular el intento opositor por desmantelar su programa de salud, conocido como Obamacare, así como las iniciativas sobre inmigración que intentan beneficiar a más de cuatro millones de indocumentados.
Otra de las propuestas que el jefe de la Casa Blanca trató de dar impulso, es un plan para reducir los impuestos a las familias de menos ingresos, pero que incluye aumentar las cargas impositivas a los más ricos.
El objetivo es recaudar 320 mil millones de dólares en una década, como parte de su estrategia para cortejar a amplios sectores del electorado con vista a los comicios de noviembre de 2016.
Esbozó otras medidas para facilitar el acceso a la propiedad, mejorar la conexión a Internet de alta velocidad y la gratuidad en algunos centros universitarios, y llamó al Congreso a apoyar sus iniciativas para combatir las desigualdades y empoderar a la clase media.
Para expertos en temas legislativos, es muy probable que la mayoría de las propuestas fiscales y sobre inmigración sean rechazadas en los próximos meses por el Congreso, donde la mayoría republicana hará todo lo posible por imponer su estrategia contrapuesta a las intenciones del gobernante.
De todas formas, la Casa Blanca ve esta ocasión como la mejor oportunidad para enmarcar las proyecciones de los demócratas con vista a las elecciones de noviembre de 2016.
Para promocionar sus planteamientos en el discurso del estado de la Unión, el mandatario realizará una gira que comenzará mañana en la Universidad de Boise (Idaho), y proseguirá el jueves en la Universidad de Kansas, ubicada en la localidad de Lawrence y después continuará por otras regiones del país.
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