La muestra del artista trinitario se inscribe como una de las más novedosas de los últimos tiempos al apostar por la cinética y beber de los preceptos del arte contemporáneo.
Siete piezas —¿acaso una coincidencia con la búsqueda de la perfección que ronda al artista desde sus inicios?— convidan al público desde este jueves a reflexionar acerca de las posturas asumidas por el ser humano, el sutil juego de tentar al destino… utilizando otra vez el lápiz como elemento de expresión, suerte de leit motiv en el quhacer artístico de Osley Ponce Yznaga.
Con el arrojo intrínseco a la juventud, el escultor y dibujante expone en la Galería de Arte Benito Ortiz Borrell, en Trinidad, las inquietudes que a veces lo sitúan entre signos de interrogación —título de la exhibición—; ejercicio de sinceridad calificado por expertos como Atner Cadalso, presidente del Consejo Municipal de las Artes Plásticas, como una de las propuestas más originales de los últimos tiempos en la ciudad, en tanto Osley se adentra en el universo del movimiento en algunas obras y otros preceptos del arte contemporáneo, tendencias nunca antes vistas por estos lares a manos de un artista del territorio.
“Osley sorprende con nuevas y sugerentes ideas —continúa Cadalso—. Ciertamente sus propuestas, caracterizadas por su precisión formal y cuidada factura, tienen esa impronta de trabajo manual, de artífice meticuloso. Pero la manera en que organiza los escasos elementos, lo estricto de la elección de los materiales, formatos y colores y la síntesis compositiva de cada trabajo, producen un resultado coherente y significativo”.
Así, los interesados advierten ahora a un artista en plena madurez creativa, cuyo nombre ya resuena en el panorama de las artes plásticas de la provincia al conquistar no pocos premios en eventos culturales.
“Esta vez apuesto por ser aún más minimalista a la hora de concebir las piezas y ofrezco al público la posibilidad de interactuar con mis obras a partir de un montaje sencillo —comenta Osley—. En cuanto a la movilidad, está inspirada por la vida misma, la evolución, el desarrollo en sí. Era una inquietud, un signo de interrogación latente, en aras de romper con la inercia escultórica”.
Una representación teatral protagonizada por actores de la localidad sirvió de preámbulo a la muestra, que estará abierta hasta febrero para demostrar que, si bien no puede hablarse de abundancia, Trinidad también es fuente de inspiración para el arte contemporáneo.
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