Gastronomía, deporte, cultura… intentan convertir la playa Ancón en una suerte de paraíso durante el período estival. Mas, ciertos pecados todavía acechan sobre este edén de la costa sur
El entorno bien pudiera asemejarse al pasaje de Cien años de soledad cuando Gabriel García Márquez describió la llegada de los gitanos a Macondo, con sus bártulos a cuestas, apertrechados de lo imprescindible para vivir. Solo que, ahora, cambian varios aspectos: los visitantes traen consigo calderos con arroz congrí, casas de campaña que plantan a la sombra de las caletas, tanquetas de hielo para resistir el calor, trusas y hamacas para dormir el mediodía. Tampoco proceden del mismo lugar o se trasladan en igual medio de transporte: algunos lo hacen en camiones o guaguas; otros, a través de carretones y bicicletas.
Mas, el destino es común: la península de Ancón, en Trinidad; especie de paraíso que acoge a quienes defienden con vehemencia, como cantara La Sonora Matancera, que en el mar la vida es más sabrosa.
Con sombrilla de playa también llega Escambray al litoral sur, dispuesto a darse un chapuzón, seducido por la variedad de ofertas a disposición de los vacacionistas este año, pero también con algunas preocupaciones en agenda.
HORIZONTE DE VERANO
El área de baño Las Taquillas, localizada en el sitio recordado por los trinitarios como Ancón Viejo, parece una arteria comercial sobre la arena. Nueve quioscos de la Empresa de Comercio y Gastronomía ofertan platos a base de ahumados, pollo, cerdo, bocaditos de jamón, confituras, tajadas de melón, cocos y otros comestibles, así como una red de mercado con ropa reciclada y artículos para el hogar.
El sector cuentapropista, por su parte, pone a disposición de los consumidores ocho puntos fijos de alimentos ligeros, más de una docena de alimentos ambulatorios, así como fotógrafos y vendedores de bisutería.
Más adelante, dos equipos pugnan para ver quién tira más fuerte de la soga, cuela más goles, o gana frente al tablero. Y es que este año, en el sector del deporte, “el aseguramiento material ha sido superior, al recibir balones, nets para voleibol, juegos de damas, dominó, entre otros implementos de manos de la Dirección Provincial para efectuar festivales deportivo-recreativos con mayor calidad —detalla Miguel Ortega Naranjo, Director Municipal del Inder—. Incluso, realizamos una vuelta ciclística de Trinidad a Ancón”.
A la par del deporte, la Cruz Roja también recibe mejoras, pues por primera vez se construyeron seis torres de vigilancia. Lo ratifica el licenciado Guillermo de Valdivia Valdés, director del organismo en Sancti Spíritus, al referir que ahora los socorristas tienen mayor visualidad para la detección de emergencias, aunque hasta la fecha no se han registrado contratiempos.
Visto así, y basado en la estampa de aquel niño enterrando a su amigo en la arena, de la madre que protege de las olas el castillo recién terminado, de la pareja que romancea con la mirada puesta en el infinito, parece un sitio paradisíaco. Mas, el árbol de la impuntualidad y la negligencia también existe en este edén.
SOMBRAS EN EL PARAÍSO
En el área bailable, Ricky Martin, Marc Anthony y la Sonora Trinitaria se enfrentan en un duelo a muerte. Los altísimos decibeles lo indican. Bafles colocados a menos de 5 metros unos de otros crean un ruido ensordecedor entre la voz del boricua haciendo público su disparo al corazón y el anuncio de que se formó la gozadera con Gente de Zona. Ante la potencia, la agrupación local queda rezagada.
De modo que en materia ruido deben saldarse deudas, no tan lamentables como el vagón en plena pista, rellenando un hueco que debió sellarse antes del apogeo o el restaurante a medio terminar; espacio que, según Jorge Cristóbal Gutiérrez Bravo, director de la Empresa de Comercio y Gastronomía en el municipio sureño, quedaría inaugurado este sábado.
“Hemos tenido dificultades con la madera porque se trata de un tabloncillo muy extenso. Al principio se aprobaron para la obra 15 metros, pero ya vamos por 27”, refirió el ejecutivo.
Sin embargo, quizás el asunto más preocupante recaiga en las violaciones higiénico-sanitarias cometidas por algunos vendedores. “Las principales infracciones detectadas por el equipo de Inspección Sanitaria Estatal son la manipulación de alimentos y dinero al mismo tiempo, el uso de relojes, sortijas, aretes largos y otras prendas; comportamientos cuya sanción implica multas de 50 a 100 pesos”, señaló Idoneida Cid Garrido, directora del Centro Municipal de Higiene y Epidemiología.
Aunque de vez en cuando las aguas de la península se enturbian ante hechos similares, Ancón todavía deslumbra a los visitantes con su paisaje de ensueño y el vaivén del mar acariciando la arena. “Esto es como el paraíso, vaya —confesó un cabaiguanense—. Lo que hace falta es que no sea un paraíso solamente los fines de semana”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.