La improductividad y la ruina económica estuvieron a punto de sepultar hace dos años a la empresa Valle de Caonao, una de las entidades agrícolas con más historia en la provincia espirituana, fundada por Fidel en 1969 tras avizorar tempranamente las potencialidades de los suelos de Piñero, La Colonia, Itabo, San Marcos, Las Flores y Batey Colorado.
Hoy la empresa más emblemática de Yaguajay aglutina la producción de granos en la provincia y despunta en la prestación de servicios.
“Llegó un momento en que no hubo finanzas ni para pagar el teléfono, los trabajadores pasaban hasta dos meses sin cobrar, los comedores cerrados, el expediente para la desintegración estuvo listo y apenas faltaba la firma de la dirección del Ministerio de la Agricultura”, comentó a Escambray Dagoberto Téllez Martínez, director de la entidad desde mayo del 2013.
Ese paso, sin embargo, no se dio y se decidió insertarla en la producción de granos como rectora de esos cultivos en Sancti Spíritus, además de convertirla en una empresa eminentemente prestadora de servicios a las bases productivas estatales y del sector cooperativo y campesino, este último devenido fuerza principal de la zona, precisó el directivo.
Definidos los nuevos rumbos, desde marzo del 2013 la vida productiva y laboral ha comenzado a cambiar, sobre todo a raíz de la adquisición de maquinaria y tecnología, un adelanto que debe ampliarse y repercutir cada vez más en las cosechas de frijol, maíz y sorgo, las que, de conjunto, deben superar este año 800 toneladas de producción.
Agrega Téllez Martínez que en este corto período han recibido secaderos móviles, asperjadoras, máquinas de siembra, equipos para la preparación de tierra, tráileres graneleros y tres cosechadoras, entre otros medios; una dotación, aclara, que no es suficiente, pero que ya tiene su impacto en la producción.
“Las cosechadoras son muy productivas, en el caso del frijol rinden entre 20 y 30 sacos por hora, son máquinas que no pierden tiempo, pues en un minuto descargan el depósito de granos donde caben 18 sacos; pero el éxito del trabajo radica en el mantenimiento diario y el cuidado de esa técnica”, explica Delfín Mejías García, especialista a cargo de la explotación de la maquinaria entregada en virtud del programa Más alimentos para Cuba, que opera sobre la base de un crédito concedido a la isla por el gobierno de Brasil.
Iván Espinosa Morales, jefe de la Unidad Empresarial de Base Batey Colorado, destaca el impacto tecnológico en la única área estatal bajo las riendas de la empresa, una vez que la mayor parte de los suelos se entregaron en calidad de usufructo.
Aunque en Batey Colorado y mucho más allá nadie olvida la tradición papera que tuvo la zona, esos suelos acogen este año la tercera cosecha de granos con resultados en ascenso, mientras otro medidor ilustra también los nuevos tiempos en Valle del Caonao.
“En el salario está uno de los cambios mayores, aquí en Batey Colorado se pasó de 225 pesos a un promedio de 1 000; tal mejoría lleva a que el hombre quiera el cultivo, defienda la agricultura”, puntualizó Iván Espinosa.
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