La instalación, ubicada en el municipio espirituano de Cabaiguán, acomete inversiones para la prevención de vertimientos nocivos a la cuenca del Zaza.
El compromiso de la refinería espirituana Sergio Soto de convivir “amigablemente” con el medio ambiente pudiera tener un antes y un después cuando concluyan aquí las inversiones previstas para la prevención de vertimientos nocivos a la cuenca del Zaza, un proyecto integral que involucra a varios organismos y que se viene ejecutando de manera escalonada desde hace algunos años.
Según confirmó a Escambray el ingeniero Léster Alain Alemán, director general de la industria refinadora ubicada en el municipio de Cabaiguán, al finalizar el corriente mes debe concluir una primera etapa de los trabajos, la cual contempla acciones para la separación de las aguas residuales de las pluviales y el inicio de la conformación de una terraza para el posterior montaje de una planta de tratamiento terciario.
Las labores actualmente en ejecución incluyen la colocación de contenes simples en todo el perímetro de la industria con vistas a evitar que las aguas pluviales hagan colapsar las trampas en épocas de lluvia, así como movimiento de tierra y compactación en los viales internos, todo a cargo de fuerzas del Ministerio de la Construcción en la provincia.
La segunda etapa, prevista para el 2016, abarca la construcción de una nueva piscina para el tratamiento de las sustancias de desecho, así como la adquisición de la planta de tratamiento terciario, bombas, equipos de laboratorio, tuberías y otros accesorios.
En estos momentos en la refinería espirituana también se adelanta la reparación capital del tanque 25 —con capacidad para 5 000 toneladas de crudo—, así como una inversión de flujometría, que incluye la instalación de equipamiento en varias áreas de la entidad con vistas a ganar precisión en operaciones de transferencia de producciones derivadas y asegurar un mayor control de los combustibles.
Única de su tipo en el país que se dedica a refinar exclusivamente el crudo nacional, hasta el cierre de septiembre la industria cabaiguanense había producido unas 9 400 toneladas de asfalto del tipo AC-30, que se usa en obras priorizadas, incluida la Zona Especial de Desarrollo del Mariel; así como 750 toneladas de aceite dieléctrico para transformadores de hasta 13,8 kV y casi 200 del llamado componente para Sigatoka, un pesticida empleado contra la plaga de igual nombre en las plantaciones plataneras.
La Sergio Soto se abastece de los crudos procedentes tanto de la cuenca Pina-Cristales-Jatibonico, como de los yacimientos de la región occidental del país, de los que extrae además gasolina regular, nafta, fuel oil, diésel y un solvente reductor de viscosidad empleado en los pozos de la propia industria petrolera.
Y que van ha hacer con los gases que emanan a la atmosfera, vengan pasen una noche en cCabaiguán para que persiban el olor del azufre, ¿Es que eso no afecta al medio ambiente y la calidad de vida del cabaiguanense?