Jorge Risquet fue diputado al Parlamento cubano por el municipio de Sancti Spíritus y mostró siempre gran dominio del acontecer de este territorio.
La ocasión era propicia para dialogar con Jorge Risquet Valdés-Saldaña, en su condición de diputado al Parlamento cubano por el municipio de Sancti Spíritus, teniendo en cuenta que en esos días la Asamblea Provincial del Poder Popular rendiría cuenta de su gestión de gobierno ante la sesión ordinaria de la Asamblea Nacional.
Una llamada telefónica dejó concertada la charla periodística para este órgano de prensa:
—Buenos días.
Del otro lado de la línea, una voz pausada pero de tono sonoro respondía:
—Buenos días.
— ¿Es la oficina del compañero Risquet?
—Sí, es Risquet el que le habla…
Su discreta sonrisa conspirativa acompañaba las palabras: “Bueno, tratándose de los espirituanos es imposible renunciar a la entrevista. Nos vemos temprano el próximo martes”.
El reloj no marcaba las ocho de la mañana del 2 de julio de 1991, cuando pasábamos a la oficina de Risquet, en la sede del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, en la ciudad de La Habana. Nos acompañaban las periodistas Elsa Ramos y Yolanda Brito para compartir el diálogo.
“Yo sabía que los espirituanos llegarían temprano porque son cumplidores hasta en el horario”; de nuevo la sonrisa del también miembro del Buró Político. La plática rápidamente se hizo familiar. El interlocutor tomó la iniciativa:
“Conocí a Sancti Spíritus en la época del Capitalismo. Mi primer reportaje periodístico lo hice en Taguasco”, recordaba con precisión quien desde 1945 y hasta 1950 trabajó en el Magazine Mella, órgano de la Juventud Socialista, del cual llegó a ser jefe de Redacción primero y director después. “En aquella zona abundaba la miseria. Cuando terminaba la zafra corta, la gente se iba a trabajar en la cosecha de tomate, en el tabaco o donde hubiera empleo”.
Con gran dominio del acontecer espirituano refirió los principales logros económicos y sociales de este territorio, entre los que resaltó las producciones agropecuarias, la voluntad hidráulica, el nivel educacional y la actividad científica.
“Sancti Spíritus muestra éxitos”, aseguró y acto seguido agregó: “lo que no quiere decir que no haya dificultades, ni problemas que superar…, pero se nota voluntad para resolver las deficiencias”.
Poco más de una hora de animada conversación bastó para apreciar la modestia, sencillez y sentimiento humano que enaltecieron a este sobresaliente revolucionario, siempre rebelde contra las injusticias.
Hace apenas unos días dejó de existir físicamente el carismático patriota, quien con apenas 13 años de edad ingresó en las filas de la Juventud Revolucionaria Cubana, llegó a ser el delegado de la Juventud Socialista ante la Federación Mundial de la Juventud Democrática desde 1952 hasta 1955, participó en la resistencia juvenil clandestina a la sangrienta tiranía que se desató después de ocurrida la invasión mercenaria organizada por Estados Unidos contra el gobierno progresista de Jacobo Arbenz en Guatemala, en junio de 1954.
En su hoja de servicios a la Patria se registra, además, la incorporación al Ejército Rebelde en el Segundo Frente Oriental. Después del Primero de Enero de 1959 ocupó diferentes cargos en Cuba y como enviado de esta en África.
Su vocación internacionalista le permitió que el Comandante en Jefe Fidel Castro lo designara en 1965 para dirigir el contingente de unos 250 combatientes que apoyarían en el Congo Brazzaville la misión guerrillera del Comandante Ernesto Che Guevara en África.
Sirvan, entonces, estas cortas líneas para recodarlo como homenaje póstumo del pueblo espirituano a su memoria.
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