Con un acumulado de apenas el 15 por ciento de su capacidad de llenado, la mayor represa de Cuba exhibe uno de los panoramas más críticos de su historia.
Luego de una caída en picada que ha mermado de forma ininterrumpida sus reservas, la presa Zaza acumula apenas 151 millones de metros cúbicos de agua, equivalentes al 15 por ciento de su capacidad de llenado, comportamiento atípico para esta etapa del año y que constituye a su vez uno de los niveles más bajos de toda su historia.
Las expectativas creadas en el país con la reciente tormenta tropical Erika se trastocaron en frustración para el mayor embalse cubano, que en las últimas jornadas apenas incorporó 15,3 millones de metros cúbicos de agua, una cifra que prácticamente resulta invisible si se contrasta con su capacidad de diseño de 1 020 millones de metros cúbicos.
Fuentes de la Empresa Provincial de Aprovechamiento Hidráulico confirmaron que a pesar de las medidas restrictivas implementadas desde hace meses para el riego, solo en el llamado periodo seco —entre el primero de noviembre del 2014 y el 30 de abril del 2015— la presa perdió 425,3 millones de metros cúbicos de agua.
Dicha tendencia se ha hecho más crítica todavía en los meses recientes con el incremento de las temperaturas y sobre todo con la ausencia de precipitaciones en la llamada temporada lluviosa en toda la cuenca Zaza, que abarca un área total de 2 413 kilómetros cuadrados e incluye los municipios de Placetas y Remedios, en Villa Clara; y Cabaiguán, Fomento, Taguasco, La Sierpe, Sancti Spíritus y Yaguajay, en esta provincia.
Es cierto que los 151 millones de metros cúbicos que todavía la Zaza mantiene en su barriga constituyen una cuantía que envidiarían muchos en el país, sin embargo por razones técnicas y medioambientales el acuatorio espirituano solo puede realizar entregas hasta que sus aguas desciendan hasta los 90 millones, límite a partir del cual la obra entra en lo que los especialistas denominan “volumen muerto”.
Aunque los más perjudicados con esta suerte de sequía primaveral han sido los productores de arroz de la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro y de las cooperativas campesinas radicadas en La Sierpe, la contingencia meteorológica ha golpeado por igual a los restantes usuarios, en particular a la acuicultura, que debió incrementar sus niveles de pesca ante el peligro de la falta de oxígeno para la sobrevivencia de la masa, lo cual en buena medida implica un sacrificio para su futuro productivo.
En reciente reunión de trabajo efectuada en Sancti Spíritus, el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos confirmó la decisión de cerrar próximamente la presa, con vistas a acometer la reparación capital del primer tramo del Canal Magistral Zaza, con más de 40 años de explotación y de trascendental importancia para la agricultura cañera y no cañera en la zona centro sur de la Isla.
Además de reducir las pérdidas millonarias por concepto de salideros en el Magistral, expertos consideran que tal decisión permitiría cierta recuperación del embalse en dependencia del comportamiento de las lluvias y representaría un alivio para la cría de peces de agua dulce en el más importante reservorio acuícola del país.
Para contingencias como estas, en las que la arrocera no puede recibir las aguas de la Zaza, Recursos Hidráulicos ha previsto utilizar la facilidad técnica que ofrece el Canal Magistral para aprovechar las reservas de las presas ubicadas en la cuenca del río Jatibonico del Sur —Lebrije, Dignorah y La Felicidad—, beneficiadas en los últimos años con un millonario proyecto de rehabilitación integral.
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