Calor sofocante en Sancti Spíritus

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Aun cuando las temperaturas han sido elevadas con valores de hasta 35 y 36 grados, no se ha roto ningún récord

Acostumbrados ya a convivir con períodos de precipitaciones inestables que evidencian la variabilidad climática, para los espirituanos la noticia de esta última etapa no estuvo siquiera en que no llovió en los días del carnaval, sino en torno al calor que convirtió a julio en un mes agobiante, al extremo de que existieron días como el pasado 28 donde los termómetros marcaron temperaturas máximas de 35.4 grados Celsius en Sancti Spíritus y 36.2 en El Jíbaro, comportamiento que lo reafirma como el más caluroso de la provincia históricamente.

Aun cuando los valores han sido elevados, hasta ese día no se había roto ningún récord y tal manifestación no fue exclusiva de una jornada; ha sido la tendencia del verano. Basta remontarse a los finales de junio, cuando se registraron temperaturas de 35 grados en Sancti Spíritus, 35.4 en El Jíbaro y 34.8 en Trinidad; mas, asociado al calor aparecen hechos inusuales como los 31 grados de ese propio mes en Topes de Collantes.

Los récords de temperaturas máximas para julio reflejan en Sancti Spíritus 37.1 grados, en 1953 y 36.2, en 1993; en ese último año, en El Jíbaro, el termómetro marcó 36.8; mientras en 1998 Trinidad archivó 36.9.

Feddy Ruiz, especialista del Centro Meteorológico Provincial, explicó a Escambray que la poca actividad de precipitaciones en los dos meses precedentes, algo inusual, provocó una disminución de la nubosidad y la ocurrencia de mayor radiación que la que normalmente se presenta en días de lluvia.

Subrayó, asimismo, que a las altas temperaturas se une la sensación térmica influenciada, además, por otros elementos meteorológicos: la humedad relativa y la velocidad del viento.

“La misma situación meteorológica que provoca que no haya lluvia crea condiciones de vientos flojos, algo que contribuye a que la sensación térmica sea mayor y, a pesar de que no llueve, hay una alta humedad relativa, también propio de la época; todo esto crea una alteración del confort ambiental de la persona”, expresó.

Aunque los calores de julio pusieron en jaque a humanos, animales, cultivos y hasta dejaron atónita a la jubilada Ofelia León, que el día 28 vio doblarse como hojas de papel las velas del candelabro, el meteorólogo precisa que en Cuba no existen condiciones para que se den las olas de calor que ocurren en otras regiones del planeta, por las propias características de la isla —larga y estrecha— y el régimen de circulación de los vientos.

Refiere Freddy Ruiz que para agosto se aprecia, preliminarmente, poco cambio en las condiciones del tiempo, se avizora que la lluvia puede manifestarse por debajo de la media mensual y es de esperar altas temperaturas, de hecho —aclara—, es el segundo mes más caluroso históricamente en el territorio y ese comportamiento puede agudizarse.