The New York Times ayudó este miércoles a entender mejor las intrigas montadas contra la isla en la Séptima Cumbre de las Américas
Lo hizo a través de un editorial donde llamó a amplificar las voces de quienes titula “disidentes” cubanos en ese foro.
Como se recordará, las mencionadas citas fueron concebidas por gobiernos de Estados Unidos, que las pusieron en manos de su OEA.
La primera de estas tuvo lugar entre el nueve y el 11 de diciembre de 1994, en Miami.
Según Times, si bien La Habana dio su bienvenida al acercamiento bilateral, parece decidida a avanzar con cautela.
Tiene razón y sobran motivos que impone la historia entre ambas naciones, particularmente la vivida durante los últimos 55 años.
Luego dice que lo hace cuando inevitablemente será puesto a prueba “su histórico puño de acero” sobre la sociedad.
Añade que el cambio de política anunciado por Obama renovó las esperanzas de los cubanos en el futuro, pero, afirmó, su cumplimiento dependerá del gobierno de la isla.
El editorial del Times apunta que, al menos por el momento, lo dicho por Obama sobre el deshielo con Cuba “hace más difícil a sus dirigentes” culpar a Estados Unidos por los problemas económicos y su aislamiento.
Vieja tesis equivalente a insinuar que Washington no está obligado a rectificar su comportamiento, pero Cuba sí.
¿Y las más de 20 resoluciones de la Asamblea General de la ONU que año a año, desde 1992, han condenado el bloqueo económico, comercial y financiero, que ha impuesto a la isla más de un millón de millones de dólares en pérdidas?
La publicación enumera lo que llama avances promisorios al estilo de reuniones entre funcionarios y ejecutivos estadounidenses con autoridades de La Habana.
El periódico neoyorquino asegura tomar nota del arribo a Panamá de varios “disidentes” cubanos con el propósito de asistir a encuentros paralelos a la Cumbre.
Algunos de ellos, afines al terrorista continental Luis Posada Carriles, uno de los autores del sabotaje a un avión civil cubano donde el seis de octubre de 1976 fueron destrozadas 73 personas.
The New York Times finaliza su editorial insistiendo en que los líderes de la región no deben ignorar a los “disidentes” cubanos.
¿Argumento? Debido a que llevan años luchando para ser escuchados mientras los reprimen.
También escribió, cada vez más, La Habana deberá reconocer que muchas de las aspiraciones de los disidentes “son compartidas por la mayoría de los cubanos”.
¿Obsesión con esos abnegados libertadores tantas veces enfrascados en riñas por el dinero a repartir?
¿O es que acaso este editorial del Times padece de una nueva enfermedad, la “disidentología”?
Así, echa a un lado todo formalismo y deviene vulgar y apasionado defensor de gente hasta aquí presentada por ellos como “independientes”.
O sea, uno de los periódicos más importantes de Estados Unidos pacta con grupos y personas financiadas sin el menor pudor desde Washington.
Semanas atrás, defendiendo los ripios de su aparente imagen liberal, había asumido una postura decente y realista en cuanto a las relaciones cubano-estadounidenses.
Ahora está retrocediendo y sumándose a quienes representan en Panamá a las aguas albañales de la Séptima Cumbre de las Américas.
Basura de prensa la que hoy se pone del lado de Cuba y mañana la ensucia con sus insinuaciones bajas sobre la presumible verdad que defiendes esos «disidentes».
Da asco ver al fulano que privó de la vida a uno de los hombres más grandes que ha parido América Latina sonreir mientras la otra rata sostiene la foto donde el primero aparece poco antes de ensañarse contra un Che que le gritaba: dispara, que vas a matar a un hombre, porque su ejemplo y su leyenda se multiplicaron en el mundo para siempre. Tuvo que tomar alcohol, el muy cobarde, para poder consumar el acto por el que aún le siguen pagando.
Mala política la que no distingue entre los verdaderos derechos humanos. Mala diplomacia la que tiende trampas contra un país que da a sus hijos los derechos fundamentales: la dignidad, la paz, la soberanía, la educación, la cultura…
LA PATRIA OS CONTEMPLA ORGULLOSA.
Un pueblo no es independiente cuando ha sacudido las cadenas de sus amos, empieza a serlo cuando se ha arrancado de su ser los vicios de la vencida esclavitud, y para patria y vivir nuevos, alza e informa conceptos de la vida radicalmente opuestos a la costumbre de servilismo pasado, a las memorias de debilidad y de lisonja que las dominaciones despóticas usan como elementos de dominio sobre los pueblos esclavos.
José Martí.
La nacionalidad se legitima desde la hidalguía de sus hombres y mujeres, madre Cuba se eleva, por cada ciudadano sin decoro acuna a mil patriotas. Hoy, que la resistencia latinoamericana a la estrategia de dominación de los centros de poder hegemónico, visibiliza el deseo de no renunciar a nuestros vigorosos referentes históricos, la Cumbre de Panamá nos ha dado la honra de vencer elevando la frente, zócalo desde donde mostramos la estrella que ilumina y mata.
Allá los menguados que sirven al imperio por treinta monedas, porque los nuestros exhiben una puerta cerrada como el mayor tributo a la verdad, esa puerta que se abrió a los menesterosos le otorgó a la representación de la Sociedad Civil de la Cuba que nació definitivamente en el programa del Moncada, la infinita honra de la dignidad.
Los escritores y artistas de la provincia de Sancti Spíritus hemos seguido atentamente los lamentables acontecimientos que en estos días se han sucedido en la VII Cumbre de las Américas, cuando nuestra delegación abandonó la sesión de apertura del Foro de la Sociedad Civil a la que fueron invitados elementos de conocida trayectoria terrorista. Hemos observado como en la tierra de un antiimperialista de la talla de Omar Torrijos, panameños títeres han hecho tabla rasa de la memoria, han olvidado sus muertos, los atropellos, la usurpación de la que fueron víctimas durante décadas. ¡En ese foro se rinde culto al asesino del Che, a Posada Carriles! ¡No es un foro de la Sociedad Civil! ¡Es el foro de la sociedad de asesinos de América!
Esas figurillas al servicio de los más oscuros intereses creyeron ilusamente que la exclusión de la verdad les ofrecería el don de la palabra, de ocupar junto a los mercenarios y terroristas de origen cubano, todo el espacio. ¡La verdad que nació de ese atropello les privó de la voz, les sentenció para siempre!
Nosotros, los miembros del Comité Provincial de la Uneac de la tierra de Serafín Sánchez, de Teofilito y Companioni, apoyamos la postura de nuestra delegación en Panamá, y solo lamentamos no estar junto a ellos, en el escenario de lucha que han sabido defender
¡Fuera los asesinos de América Latina!
¡Viva Fidel!
¡Viva la Cuba libre!
Escritores y artistas del Comité Provincial de la Uneac
Sancti Spíritus.