Silencio; silencio total. Solo el sonar del metal sobre madera ameniza con cierta frecuencia el ambiente del gran salón donde prima el olor a hojas de tabacos curadas, listas para convertirse en Habanos.
Son manos muy jóvenes, pero muy diestras. Se mueven con una destreza admirable; toman capas de un lado, hojas de otro, y en un abrir y cerrar de ojos, el Habano toma forma.
Los torcedores apenas miran relojes; sus ojos se prenden entre el ir y venir de las chavetas, picando venas por un lado, dando formas por otro.
En el salón contiguo, otras manos y ojos más expertos fiscalizan, por aquello de que calidad es respeto. Anillas por un lado, cajas, sellos y estampillas por otro. Y el embarque queda listo, certificado.
Y los Habanos prestos para hacer las delicias de los fumadores, desde los novatos hasta los más exigentes. Y en ello van costumbre, idiosincrasia; en ello también hay sello de cubanía.
Si acaso le dan son unos 20 cuc al mes.
Unos productos especiales.
Espero que se les paguen bien ese trabajo especial, ya que todos los fines de semana nos hechamos en un grupo unos puritos (10-30 EUR por cada uno) y así espero que le queden a los torcedores por lo menos 50 CUCs por mes y empleado.
Gracias por el producto….. un admirador…..