La Asociación Hermano Saíz de la villa sureña presentó parte de su catálogo a los participantes del V Festival de Teatro René de la Cruz in memoriam en una noche signada por el intercambio artístico
La noche de este miércoles el Patio de Béquer, localizado en el centro histórico trinitario, vistió de lujo al acoger a quienes durante estos días convierten al terruño colonial en una especie de capital del teatro como parte del encuentro que cada año recuerda el legado del actor cubano René de la Cruz, espirituano de pura cepa.
En esta ocasión, los afiliados a la Asociación Hermano Saíz (AHS) mostraron su catálogo de artistas —todavía en ascenso—. Así, músicos, escritores, actores… invadieron el escenario como parte de La Peña de don Fernando, organizada por el grupo de teatro La Trinidad, con el afán de legitimar su quehacer por estos lares; empeño por devolver los días de esplendor que otrora ostentó esta ciudad del centro sur de Cuba en el panorama cultural.
Dayana Ferrera Echemendía, presidenta de la AHS en Trinidad, quien constituye además actriz invitada en el evento, comentó a Escambray las potencialidades para el territorio de acontecimientos como este “pues satisface la avidez del público por conocer el trabajo de otras agrupaciones de teatro del país, y nos ayuda a perfeccionar nuestras propuestas a través del diálogo con los colegas”.
Ritmos de Cuba dance, iniciativa nacida también en el municipio, cuyos integrantes resultan adolescentes y jóvenes, la entrega de reconocimientos a personalidades como Omar Baliño, director de la revisa Tablas, vocera de las artes escénicas en la Isla, y Antonio Pérez, fundador del Ballet Folclórico de Santiago de Cuba, quien celebra sus 45 años de vida artística, así como la voz de Yaidi Piñero Álvarez, trovadora santaclareña, trinitaria por adopción, amenizaron la velada.
Mientras avanzaba la noche otros músicos también se acercaron para despabilar sus guitarras. Los poetas declamaron nuevos versos. El público crecía en número, nacionalidades… hasta transformar el espacio en la fiesta de las artes.
A tal punto llegó el contagio vivido en la Peña de don Fernando que René de la Cruz (hijo) en un arrebato eufórico sentenció a la luz de las estrellas con tono de gallego aplatanado: “Esto es Trinidad, no os asombréis, aquí cualquier cosa es posible”. Agazapado entre la muchedumbre, el espíritu de su padre asentía.
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