Llevar el arte de las tablas a comunidades del Plan Turquino y escuelas de distintos niveles de enseñanza en el territorio constituyen prioridades del evento
Desde este miércoles y hasta el venidero lunes 23 la Ciudad Museo del Mar Caribe la invadirán telones, retablos, títeres, y un mar de actores procedentes de distintas agrupaciones teatrales para transformarla en tierra fértil para el arte de las tablas a través de la quinta edición del Festival de Teatro René de la Cruz in memoriam, celebrado por vez primera fuera de los límites de la cabecera provincial.
Dedicado a los 80 años de vida de Pura de la Concepción Ortiz, destacada concertista y pianista cubana, viuda del actor cubano que protagonizara el filme Julito el pescador, el encuentro tiene la participación especial del grupo Teatro La Gruta, de la Isla de la Juventud, dirigido por Cado Rodríguez Pantoja; gremio al que se suman nombres de compañías espirituanas como Parabajitos, Guiñol Paquelé, Piramidal, Lorca teatro, Teatro La Trinidad y Cabotín Teatro.
A partir de mañana, esta especie de juglares errantes invadirán centros estudiantiles del municipio con el afán de cautivar a la familia trinitaria con las más variopintas propuestas, en un intento de despertar la adormecida alma cultural de un lugar que otrora estuvo a la vanguardia en el universo de la interpretación dramatúrgica; afán que no se ciñe únicamente a los límites citadinos, pues los parajes del lomerío del Escambray también sabrán de esta fiesta del arte cuando suba cuesta arriba hasta llegar a Topes de Collantes, Algarrobo, entre otros sitios, o penetre por las veredas de Condado y Caracusey.
Juan Carlos González Castro, presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, manifestó que tendrán lugar un conversatorio sobre la figura de René de la Cruz, a través de testimonios de su hijo, talleres de superación para bailarines y actores, presentaciones de libros, entre otras actividades colaterales. “Se escoge la ciudad de Trinidad como merecido estímulo a los creadores escénicos del terruño, uno de los pocos que puede mostrar una cultura auténtica en sus expresiones danzarias y teatrales, muy apreciadas por los investigadores y creadores del país”, agregó González Castro.
Trasmutada ahora en una especie de telón abierto, la villa nacida en el centro sur de Cuba en 1514 recuerda los días de esplendor en que el teatro alegraba las noches de los lugareños. Quizás sea este el inicio para un despertar.
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