Directivos y técnicos reconocen que el trabajo desde la base ha sido la premisa para el desarrollo de la pelota en el sureño municipio espirituano
Trinidad se ha convertido en un emporio del béisbol en Sancti Spíritus y no solo porque su equipo sea el más estable del último trienio en torneos provinciales con dos títulos y una presea de plata.
Luego de décadas en que la presencia de sureños fue tan efímera como poco relevante, hoy los trinitarios engrosan las nóminas de las principales categorías. En la lista de los Gallos en la pasada campaña, por ejemplo, fueron mayoría con 11 atletas, casi un remake de la Serie 53. En el elenco que interviene en el Campeonato Nacional menores de 23 años tienen el segundo mayor aporte (7) detrás del municipio cebecera.
Tal supremacía no es fortuita. Escambray asumió el turno al bate para escudriñar al interior del territorio que por años no fue más que un diamante por esculpir.
GÉNESIS
Es coincidencia de técnicos y directivos del deporte en el municipio que la mirada a la base ha rendido sus frutos tanto como unión de los entrenadores y la estrategia de continuidad.
“El trabajo se ha visto con más fuerza desde hace unos 10 años, se ha promovido la masividad con una seria captación en las escuelas y se enfatiza en la labor desde las categorías pequeñas”, expone Daniel Zerquera, entrenador de las categorías de 9 a 12 años y director del elenco subcampeón de la pasada provincial.
Varias áreas acogen la práctica del béisbol: la pista, el terreno de fútbol, el beisbolito y el propio estadio Rolando Rodríguez, a las que se suman las existentes en todas las localidades del municipio. “Aunque no es todo cuanto se quiere, los terrenos en general se atienden bien, se reciben muchas donaciones que se reparten para diferentes categorías, se va a las zonas rurales como Condado, Caracusey, Pitajones, San Pedro, Guarico. Los entrenadores del campo están haciendo una gran labor como Odelmis Hernández y Osmani Calderón. Ha existido una explosión de lanzadores, incluso en un momento los Gallos tuvieron 14 jugadores de aquí”, añade Zerquera.
Un total de 25 entrenadores se diseminan por todo el municipio; aunque, quizás porque el mayor referente de ese territorio —Antonio Muñoz— se lanzó al mundo desde las estribaciones de El Algarrobo, en los campos se necesita reforzar la fuerza técnica.
“Tenemos déficit de personal en Condado, en Caracusey, San Pedro —concuerda Yoelvis Barrera, jefe del departamento de actividades deportivas del Inder municipal— y para mejorar la situación queremos aprovechar a quienes están pasando cursos de atletas y los que se gradúan como técnicos medios para que sean la bujía en esos lugares”.
Un pelotero se hace jugando. De eso están claros los trinitarios, por eso realizan múltiples eventos como las copas de segunda categoría en el Rolando Rodríguez con la participación de varios conjuntos de la cabecera y de los poblados. También se inscriben otros de larga duración en fechas alegóricas con la presencia de seis a ocho equipos, incluidos los de las categorías inferiores.
“Hay que reconocer que tuvimos una merma en el trabajo del Sub- 12, por eso la estrategia descansó en rescatar el trabajo desde abajo y ya tenemos cerca de 40 niños en el beisbolito, donde se logra que la práctica sea una fiesta, hay un respeto por los entrenamientos y los padres son muy exigentes”, aclara el jefe del departamento de actividades deportivas en el territorio.
De acuerdo con Barrera, una estrategia ha rendido frutos: rotar a los entrenadores por las categorías cada tres años para que sea el mismo y dé un mayor seguimiento a los muchachos desde el punto de vista psicológico y morfológico.
El sello trinitario se advierte también en los equipos espirituanos de las categorías Sub-15 y Sub-18, ambos clasificados para las finales de sus campeonatos nacionales. Provincialmente el Sub-15 obtuvo segundo lugar y el Sub-18, cuarto, aunque al decir de Yoelvis hoy la cifra de diez que tienen en la EIDE pudiera ser mayor.
“Se trabaja a un buen nivel y con gran interés —apunta Yosel González, quien guía los pasos del equipo juvenil— y existe una buena cantera, pues en el área del estadio hay 22 muchachos y el resto está en los campos, donde hay un potencial enorme por explotar”, puntualiza Barrera.
SENTIDO DE PERTENENCIA
No solo de pan vive el hombre. Eso también lo aprendieron los trinitarios, que han traspolado a la pelota su raigal afinidad por el jolgorio.
Parte de la responsabilidad de esa inyección festiva la asume Héctor Mantilla, una simbiosis de técnico-animador. “Lo principal es el trabajo en el beisbolito, desde allí se estrechan los vínculos con los atletas, las familias, y al efectuarse muchos topes, la gente se va sumando. En Trinidad gusta mucho la pelota, en Series Nacionales se han roto récord de entrada al estadio.
“En la provincial le pusimos al equipo el nombre de Tiburones del sur, se creó todo un movimiento, un padre hizo las letras y los números, quisimos hacer lo que hace Matanzas en su estadio y por eso a la entrada está ese tiburón que ya nos identifica”, añadió Mantilla.
En este renacer, un nombre resulta recurrente: el de Reinier Escobar, director del equipo que ganó el título durante dos años sucesivos en el 2013 y 2014 y mejor entrenador de base de la provincia durante el año pasado por su trabajo integral, que lo llevó a ganar también en el Sub-12.
“Me gusta jugar la pelota caliente, con alegría. Es lo que le inculco a los muchachos y sobre todo que se entreguen por su tierra, por eso le pusimos Trinitario soy al uniforme de los niños, ahí es donde se aprende a tenerle amor a la camiseta. Trinidad ha sido tierra de peloteros muy buenos, pero no ganaban, creo que les faltaba ese sentido de pertenencia”.
Directivos y técnicos coinciden en el apoyo del Partido, el Gobierno y algunas instituciones del municipio en los saldos del béisbol sureño. Durante la pasada campaña provincial, por ejemplo, la UJC apadrinó al equipo de casa y le insufló el aliento juvenil.
La nueva hornada de peloteros puja por incrustar el nombre de Trinidad en la historia beisbolera espirituana. Desde un Ismel Jiménez, con voz cantante en el pitcheo cubano, hasta Yunier Mendoza, uno de los bateadores más consistentes del país, o un Luis Dariel Serrano, entre los mayores prospectos de la pelota en Cuba.
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