Con el pie derecho nació el X Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), cuyas sesiones finales acontecerán dentro de un santiamén. Quienes militan en el bando de los cáusticos podrían acusarme de optimista furibundo; no me quita el sueño. Para los que estamos a punto de atracar en los 50 años, da sosiego que la convocatoria de la cita juvenil se haya presentado el 2 de diciembre pasado en Los Cayuelos, justo por donde Fidel y el resto de los expedicionarios del yate Granma, con el lodazal al cuello, le entraron a Cuba por un costado para continuar con fusiles la batalla iniciada a machete limpio en 1868. Da sosiego porque sobran en este mundo quienes desean darle visa permanente a la historia.
Para los días 18 y 19 de julio está prevista la celebración del encuentro, presidido por la acotación del líder histórico de la Revolución cubana manifestada el 8 de abril del 2010, horas después de finalizado el congreso anterior: “Las razones para luchar y vencer se multiplican cada día”.
Las propias sesiones del evento darán la justa medida de hasta qué punto tal premisa fue incorporada con coherencia al actuar de la organización o si resultó otra frase que naufragó en el discurso repetitivo y acrítico, que suele escoltar no pocos empeños. Si los delegados e invitados dejan escuchar sus voces sin matices impostados, el cónclave ganará en autenticidad.
El proceso asambleario —comenzado a nivel de base en septiembre último en Sancti Spíritus— permitió diagnosticar la salud de la UJC en cuanto a su funcionamiento interno, su capacidad movilizativa, al liderazgo de sus dirigentes…; en consecuencia, más que el inventario de estos asuntos, se espera que el congreso trascienda por su carácter propositivo, término vedado por el diccionario, pero suscrito por los cientistas, quienes sugieren que usted —si en verdad quiere removerle el piso a los problemas—, vaya de la detección de las carencias a la proposición de soluciones. Lo otro sería chapotear, como no pocas veces sucede en foros, eventos, reuniones…
Con esa capacidad de discernimiento, deberá asistir, a mi modo de ver, la delegación de la provincia, compuesta por 28 miembros, de ellos, tres invitados y 25 delegados, cuatro directos en este último caso, a quienes nadie les regaló tal condición; ellos integran la representación de Sancti Spíritus por méritos propios, recompensados con la posibilidad de acudir a la cita.
¿Las insuficiencias que se pondrán sobre el tapete serán nuevas o permanecen en la agenda de un congreso a otro? Acuerdos no han faltado. Si se replican otra vez, un motivo parece resurgir: la falta de sistematicidad y de rigor en el cumplimiento de lo convenido.
Conocedora de los trastumbos dados en tal sentido, la máxima dirección política de Cuba ha orientado que los documentos aprobados no queden para guardarse en escaparates a manera de memorias. Pocos sectores se han salvado de ese mal; a la postre, la credibilidad se resiente. Acerca de ello reflexionó el propio Raúl en el IX Congreso.
Existe un elemento a favor: el 87 por ciento de los secretarios generales continuó con las riendas de sus respectivas organizaciones de base; ese dominio allana el camino hacia el salto, que debe estar conducido por los dirigentes a otros niveles de dirección.
Un ejemplo confirma deudas al interior de la UJC, como acertadamente lo ha reconocido la dirección del Comité Provincial; hablo de las fisuras en los procesos de crecimiento de los nuevos ingresos a la organización y a las filas del Partido, que, en el último caso, saca a la luz la ineficiencia en la labor ideológica. Cuando un militante no muestra interés por incorporarse al PCC, la doble moral se hace cuerpo presente.
En la anterior cita juvenil, el Presidente cubano enfatizaba que la batalla económica constituye el centro del trabajo ideológico de los cuadros; de esta depende la sostenibilidad y la preservación de nuestro sistema social.
Precisamente, tal contienda por la supervivencia lleva hoy las marcas de la actualización gradual del modelo económico cubano, donde la juventud no juega desde la banca; sin embargo, puede rendir más en su actuación en este complejo terreno.
Cada uno de estos asuntos debe ocupar espacio en el congreso por venir, que nació con el pie derecho porque no olvidó que un país se levanta desde su historia.
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