Este Consejo Popular es el primero del municipio de Sancti Spíritus beneficiado con el programa de reanimación de las comunidades que se desarrolla en la provincia.
Geográficamente hablando, Pojabo no se encuentra en el fin del mundo. Las casas y su gente humilde, a escasos kilómetros de Banao, en nada recuerdan la abundancia de estos vecinos. Cuando el viajero llega a aquellas comarcas en tiempo de sequía, la polvareda del terraplén deja una huella como de almidón rojizo en el cabello, las ropas, el cuerpo y hasta en el alma.
Por estos días, el pueblito y sus alrededores viven tiempos de cambio. Después de tantos olvidos y aplazamientos llegó la hora a este Consejo Popular, el primero del municipio de Sancti Spíritus beneficiado con el programa de reanimación de las comunidades emprendido en la provincia desde hace unos meses.
CONTENTO A MANOS LLENAS
Escambray llegó a estas tierras mientras se gestaba la noticia, justo cuando el descanso parecía proscrito para la mayoría aquí: mujeres y hombres embadurnados de pintura hasta los ojos, a horcajadas sobre improvisadas escaleras, devolvían la hermosura hasta en los rincones más oscuros; buldóceres y otros grandes equipos hacían transitables aquellos terraplenes sumergidos entre incontables baches; agua y escobas de mano en mano para dejarlo todo que brille; albañiles serios e improvisados mano a mano en las terminaciones de cada local.
“Esto comenzó hace 20 días, nos pasaron un video con las cosas maravillosas que hicieron en otros lugares. Se ha trabajado mucho, creo que me voy a quedar sin planteamientos, quizás quede algún detallito, pero se va a resolver la mayoría de los problemas”, comentó Aida Mursulí, la delegada de la Circunscripción 88, que incluye a las comunidades de Pojabo y Toma de Agua, donde viven alrededor de 750 pobladores.
De su mano la cámara y el bolígrafo de este semanario tomaron testimonios en el Círculo Social, con meseta y mostrador nuevo recién azulejados, cambios en la electrificación, puertas y lámparas de estreno, mejora del baño, pintura fresca: “Me quedé loca con todo lo que me dieron, esto lo hizo el pueblo hace 17 años y no se había tocado más, estoy esperando unas macetas para ponerlo todo bien bonito porque la fiesta la vamos a hacer aquí”, aseguró Aida, también administradora de esta instalación.
Junto con las macetas y la fiesta, el batey inauguró asimismo un parquecito infantil y comenzó a preparar un parque, todo modesto, pero novedoso en un lugar donde nunca antes existió un sitio público para conversar y compartir. La compostura además llegó a la tienda, la farmacia, la panadería, el consultorio, el sector de la Policía y hasta una parada nueva salió entre tanta iniciativa y deseos de mejorar la vida de la gente.
Empresas y organismos del territorio aportaron recursos y mano de obra, desde Comunales, la Construcción, Educación y Salud hasta Comercio, Gastronomía, la Empresa Eléctrica y la Agricultura, entre otros. Una brigada del Policlínico de Banao mucho ayudó a sus colindantes mientras los trabajadores de la Planta de asfalto todavía intentan meter por cintura el camino hacia Pojabo.
Reclusos de un campamento cercano igualmente sumaron horas de labor y la vecindad no se quedó atrás: “Este pueblo no es malo, hay que educarlo, en estos días ha estado saliendo y ayudando muchísimo”, coincidieron pobladores entrevistados por el semanario.
En medio de esta sacudida telúrica al cuerpo y al alma del pueblo Escambray se detuvo en el Centro Reproductor de Entomófagos y Entomopatógenos, donde se obtienen medios biológicos para los guajiros cercanos, las cooperativas y las empresas que llegan con sus encargos.
“Hicimos una meseta, cambiamos las puertas y las persianas, nos pusieron equipamiento y muebles nuevos, todo se pinto y se limpió. Esto también ayuda a que la comunidad se desarrolle, a que mejore el alcance de los medios biológicos y a que los campesinos produzcan más”, consideró Tahirí Hernández, joven técnica del centro.
Bien cerca, en el Taller de servicios, se remodeló todo, se cambió el mobiliario y llegó “hasta el juego de herramientas que estábamos pidiendo hace rato. Mejoró el confort, la iluminación, así podremos brindar una mejor atención a la población”, aseguró Miguel Martínez, el técnico de este lugar.
Otra lugareña, Maribel Pérez, elogió todo lo hecho con sus respectivos beneficios, en particular la carretera: “Tenía unos huecos que había que pasar en chalán. Esto hacía mucha falta, aquí vivimos los trabajadores de las cooperativas que producen alimentos. Todo quedó bonito y la gente está contentísima”.
PASOS EN LA UNIÓN
Apenas unos kilómetros más allá, en el batey de La Unión, se escribió otro capítulo de jornadas extendidas en pos del mejoramiento común. Maestros, trabajadores y hasta los niños dejaron la escuela como de estreno; mientras que el Consultorio, la casa del Médico de la Familia y la bodega mejoraron notablemente el confort y la imagen.
“Lo más malo que nos queda son las calles interiores que están hechas tierra y la principal que la removieron con la moto-niveladora y no la han terminado. Aunque las personas agradecen todos estos trabajos les preocupa el estado de las viviendas, este es un caserío con techos de bóvedas de bajo costo, que se encuentran en mal estado, se filtran y muchos no han querido pintar para no perder su tiempo”, comentó Raquel Mursulí, la delegada.
¿Y qué solución ha previsto el gobierno para las viviendas?, inquirió Escambray.
“El Presidente del Gobierno nos explicó que los arreglos de las viviendas tienen que hacerlos los dueños, me indicó realizar un levantamiento para saber los materiales que se necesitan y si los vecinos están en condiciones de pagarlos se van a crear las facilidades para traerlos hasta aquí porque los venden en Sancti Spíritus y eso nos queda muy lejos”.
El Consejo Popular de Pojabo, que incluye 12 asentamientos, siete circunscripciones y alrededor de 3 370 habitantes, no ha quedado nuevo de paquete ni mucho menos, pero resultan innegables los beneficios de esta reanimación, que de alguna manera incluyó a todas sus comunidades.
“Andamos contentos que es lo principal. Había mucho deterioro acumulado. Llevo 20 años como delegado y es la primera vez que se logra todo esto. En general se han mejorado las escuelas, los consultorios, las bodegas, los círculos sociales, las redes de acueducto; se vendió pintura para las fachadas; se trabajó en la higiene y embellecimiento. Los viales, que tenían una situación crítica, han mejorado aunque quedan tramos pendientes en el que va de La Güira a Guayacanes, en el de Banao a Pojabo, en el de Pojabito, el de Río Abajo y El Caney; además de en los internos de algunas comunidades”, detalló Orelbys Ortiz, presidente del Consejo Popular.
¿Qué otros problemas les quedan irresueltos después de este intensivo?
“Las obras que llevan una inversión no se pueden ejecutar ahora, van a quedar pendientes para incluirlas en el plan del próximo año como los acueductos de las comunidades de Frank País y La Herradura, que reciben el agua en pipas; la reparación de la escuela Ángel Montejo; el mejoramiento del vial que va hasta Playa Tayabacoa para poder utilizar ese lugar en la recreación”.
¿Y cuáles estrategias ha previsto el Gobierno para mantener todo esto y que la reanimación no sea cuestión de unos pocos días?
“Hay que mantener este ritmo y el control de las unidades para no permitir que se deterioren nuevamente, tanto por nosotros, como por el Gobierno Municipal como por las propias empresas. Además, aunque la población ha apoyado, falta mucho trabajo comunitario por hacer, todos tienen que sacar un tiempo para ayudar porque este beneficio es colectivo”.
Me alegra mucho todo lo que se hace en Pojabo,alli se me fue buena parte de mi juventud estudiando y trabajando.Al parecer el arreglo de la carretera,segun la foto,no ha llegado hasta el poblado.La prision cercana es donde trabaje tanto tiempo..El IPUEC Honorato del Castillo..Realmente me entristece en lo que lo han convertido