Una investigación de la universidad espirituana busca el impacto de la unificación monetaria y cambiaria para la economía de las empresas en el territorio
La unificación monetaria y cambiaria ya está anunciada. Según los entendidos, poco cambio implicará para los precios minoristas que hoy afectan al espirituano común. Sin embargo, aseguran los expertos, el momento cero semejará un temblor de tierra para las empresas del territorio, donde se mantienen numerosas incertidumbres al respecto.
Desde los primeros meses del año anterior una investigación científica puso proa en los mares de tantas preguntas con el enfoque en un objetivo: determinar el efecto de la eliminación de la dualidad monetaria y la devaluación del peso cubano en el cálculo del capital de trabajo necesario en las entidades de la provincia.
SIMULACIÓN NECESARIA
“Comenzamos en el primer trimestre del 2014 por la Empresa Pesquera Pescaspir. Allí explicamos las causas del resurgimiento de la dualidad monetaria en el país durante los años 90, la evolución que esto ha tenido y el impacto de la unificación monetaria y cambiaria en el sector empresarial. Luego, con una hoja de cálculo Excel, utilizada por el Ministerio de Finanzas y Precios, realizamos algunas adecuaciones y simulamos como si hubiera llegado el día cero”, detalló Frank Rafael Quesada Espinosa, profesor del Departamento de Economía y Finanzas de la Universidad de Sancti Spíritus José Martí Pérez y autor principal del estudio.
El joven economista, respaldado por la también docente Liset Puentes, la estudiante Roxana Martínez y varios alumnos de la Facultad de Ciencias Empresariales llevan a cabo el empeño que ha comenzado a generalizarse con su aplicación en el Combinado Lácteo, en la Corporación Cimex, próximamente en el refinería Sergio Soto y en aquellas entidades que se interesen.
“Queremos que las empresas sepan cuál es su estado y se preparen para ese día. Formamos costos con distintas opciones de tipo de cambio, trabajamos con el índice reformador de precios mayoristas para estandarizar los inventarios, entre otros indicadores. La mayoría de las entidades no se encuentran prevenidas para ese momento, va a ser muy difícil”, comentó Frank.
Luego de aplicar los instrumentos, ¿a qué conclusión llegaron?
“El sistema empresarial aquí debe revisar su contabilidad antes de que llegue esa decisión por el terremoto que van a tener dentro de su contabilidad. También necesita examinar los inventarios ociosos por los problemas que les traerá la aplicación de un índice reformador de precios mayoristas. Les sugerimos cómo disminuir la necesidad de capital de trabajo. No en todas las empresas el impacto será el mismo, pero creo que muchas van a necesitar solicitar dinero del presupuesto del Estado para financiarse, la cantidad dependerá de su resultado económico”.
¿Qué recomendaciones dejan a los empresarios del territorio para rectificar estas distorsiones?
“Recomendamos que el sistema empresarial se prepare y recuerde que detrás de cualquier empresa existen personas. Sugerimos realizar ferias con los inventarios ociosos para vender directo a los trabajadores por cuenta propia que no cuentan con mercado mayorista y así se quedarían con menos productos inactivos. Lo que más me preocupa es el desentendimiento de algunos empresarios que se sorprenden o desentiende de esto. Algunos contadores preocupados han intentado hacer algo, pero en general existe una tranquilidad que espanta y el impacto va a ser grande. Como continuidad comenzamos otro estudio de cómo quedarían los precios para el sistema mayorista y minorista a partir de ese día”.
PARA EVITAR EL TRAUMA
La Empresa Pesquera espirituana Pescaspir, protagonista inaugural de esta experiencia, se acercó a la Universidad como fuente de conocimiento para que los trabajadores del área económica adquirieran conocimientos sobre el tema y para responder a una solicitud de su Grupo Empresarial que precisaba los resultados.
¿Qué utilidad concreta arrojó la aplicación de esa metodología en Pescaspir?, inquirió Escambray a Maritza Ibarra, especialista principal de Contabilidad y Antonio Izaguirre, director de Contabilidad y Finanzas.
“Aprendimos cómo trabajar ese día que es una de las cosas que más nos preocupa. Todo va a depender de la tasa de cambio que se aplique. El estudio nos dio 3 millones de pesos de déficit de capital de trabajo y eso que aplicamos una tasa de cambio con pequeña diferencia a la de hoy. Mientras más alta sea, mayor será el déficit. Nos afectan las producciones en proceso que tenemos en las presas, los estanques Y demoran años en salir. Suman 4 millones de pesos que son inventario”.
¿Qué pueden hacer para transformar esa realidad?
“No mantener nada que no sea necesario en los inventarios ni ocioso ni en lento movimiento, comprar solo lo necesario porque eso es dinero de la empresa. Estamos trabajando con los precios que hasta ahora son por la ficha de costo a partir de los gastos y luego serán por correlación. Buscamos disminuir los costos para poder competir. Queremos volver a hacer el estudio con los indicadores del cierre del año para conocer mejor nuestra realidad. Buscamos preparar al personal para que ese día no sea un trauma”.
Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.