En lo que va de año han sido rehabilitados más de 380 kilómetros de canales y casi 300 obras de fábrica, a lo que se suma la colocación de 119 hidromecanismos nuevos en los sistemas de compuertas
El impasse productivo impuesto durante algunos meses a la Empresa Agroindustrial de Granos Sur del Jíbaro por el cierre temporal de la presa Zaza no representó tiempo muerto para la entidad agropecuaria, la más importante de la provincia espirituana, que aprovechó este lapso tanto para impulsar trabajos de reparación y mantenimiento en sus sistemas de riego como para adelantar las inversiones aprobadas en beneficio de su infraestructura industrial.
Según confirmó a Granma el ingeniero Orlando Linares, director general de Sur del Jíbaro, en lo que va de año han sido rehabilitados más de 380 kilómetros de canales y casi 300 obras de fábrica, a lo que se suma la colocación de 119 hidromecanismos nuevos en los sistemas de compuertas, un aporte que representó mejorías sustanciales para la operación de las redes hidráulicas en la arrocera espirituana.
Especialistas vinculados a la actividad coinciden en que tales resultados contribuyen notablemente al cumplimiento de las normas de consumo de agua establecidas para el cultivo del grano, que hoy como promedio en esta provincia se enmarcan en 15 500 metros cúbicos por hectárea (m3/ha), muy por debajo de lo registrado en años anteriores, cuando en algunas campañas se llegó hasta los 28 000 m3/ha.
Tras iniciarse la entrega de agua desde la presa Zaza en el mes de mayo, las unidades productoras de Sur del Jíbaro han venido adelantando su compromiso de siembra para el 2016, ascendente a 14 138 hectáreas, el cual pudiera quedar totalmente cubierto en los próximos días.
De acuerdo con la información ofrecida por el director general de la empresa, los arroceros espirituanos también se mantienen apoyando la campaña en Granma, hasta donde han llegado operadores, personal especializado y equipamiento para la recogida y el tiro del cereal.
La recuperación de la infraestructura industrial tiene uno de sus frentes más importantes en Los Tamarindos, una de las mayores industrias del país, donde se acometen en estos momentos trabajos de mejoramiento de las bases de almacenes, pavimentación de algunas áreas y montaje de una báscula, todo valorado en alrededor de un millón de pesos.
A este proyecto se unen el cambio de sistema tecnológico en la planta Ángel Montejo, de la capital provincial, y otras labores de reparación y mantenimiento en molinos y secaderos de las Nuevas y Los Españoles, en La Sierpe, y Manolo Solano, en Sancti Spíritus.
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