Bajar la carga química en los cultivos agrícolas

Cobra fuerza el imperativo de transitar hacia una agricultura más sana, en la cual los medios biológicos deben ser la artillería principal en el enfrentamiento a las plagas y enfermedades Producir comida no es asunto de coser y cantar. Los apremios en el escenario agrícola crecen por días; sin embargo,

sancti spiritus, agricultura, sanidad vegetal, enfermedades, productos agricolas
En cada campaña de siembra se calcula una carga tóxica. (Foto: Vicente Brito/ Escambray)

Cobra fuerza el imperativo de transitar hacia una agricultura más sana, en la cual los medios biológicos deben ser la artillería principal en el enfrentamiento a las plagas y enfermedades

Producir comida no es asunto de coser y cantar. Los apremios en el escenario agrícola crecen por días; sin embargo, más allá de las cosechas, la estrategia fitosanitaria mediante medios biológicos no acaba de escalar a las prioridades del surco a la hora de enfrentar las plagas y enfermedades.

Estatalmente las reglas del juego están en blanco y negro: existe una estrategia química, otra biológica, a varios cultivos se les asignan paquetes tecnológicos y hasta se calcula una carga tóxica en cada campaña de siembra; pero nadie sabe lo que se echa después cuando el productor acude al mercado informal.

A escala de estructura la Sanidad Vegetal en Sancti Spíritus tiene arraigo, experimentado capital humano y aciertos. Mas, no basta con una plantilla de expertos y definir esquemas de protección fitosanitaria, en las condiciones actuales prácticamente es imposible aspirar a cosechar un cultivo sin aplicar químicos en alguna dosis.

El desafío no resulta nada sencillo, porque delante aparece la impronta de producir alimentos para el territorio y el país en cantidades que van cuesta arriba; en tanto, el cuadro clínico de la agricultura apenas da respiro a las plantaciones que nacen acechadas por esos enemigos, los que, lejos de dar señales de debilidad en medio de la real variabilidad climática, multiplican su presencia al compás de las altas temperaturas, las prolongadas sequías y hasta de los excesos de humedad en períodos atípicos.

En la otra senda de la misma autopista late el reclamo de reducir el empleo de químicos tan dañinos al medio ambiente y a la salud humana y cobra fuerza el imperativo de transitar hacia una agricultura más sana, en la cual los medios biológicos deben ser la artillería principal en el enfrentamiento a las plagas y enfermedades.

Escambray puso los pies en los suelos de la cooperativa Ramón Balboa, en Cabaiguán, abrió la agenda a los especialistas de Sanidad Vegetal y miró hacia dentro de la Sucursal Provincial del Grupo Empresarial Labiofam. En cada lugar, la misma interrogante: ¿por qué se siguen usando más químicos que medios biológicos?

No son pocos los que en el surco han probado ya la efectividad del bioproducto; cultivos como el tabaco y el arroz sobresalen entre los abanderados. Pero se admite que en esa membresía faltan conocimientos, preparación y un mejor control estatal de la capacitación. Un ejemplo calza la carencia: al campesino le gusta mirar para atrás y ver que el bicho está muerto. Muchos cosecheros desconocen el comportamiento real de los medios biológicos, capaces, bien empleados, no solo de controlar la plaga, sino también de sustituir la guataca si de eliminar la hierba se trata.

En las sitierías los criterios nacen de las vivencias, por eso se habla de renglones como la cebolla, el ajo y el pepino que, sin químicos, no se logran. En algunas zonas hay campesinos con prácticas agroecológicas dignas de extenderse; en otras, la vocación por los pesticidas importados parece arraigada, más que al suelo, al cerebro.

Para triunfar en este campo la capacitación debe explotar más el aula de la tierra y lograr que en las conferencias y talleres matriculen también los hombres y mujeres que laboran directo al surco.

¿Cómo aspirar al mayor empleo de esos medios si hay productores que han venido en taxi de El Maizal a Sancti Spíritus en busca de esos productos y Labiofam no tiene autorizada hoy la venta minorista? Es erróneo pensar que el productor salga del surco para buscar el recurso cuando lo lógico sería facilitárselo.

No es cuestión solo de captar el interés del campesino y destrabar la comercialización; se precisa también sostener las producciones, ampliar capacidades de frío para garantizar la conservación, revivir los Centros de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos, actualmente a baja escala de explotación.

Una afirmación de Labiofam revela cuánto falta por hacer en Sancti Spíritus a favor de la lucha biológica: la base productiva no utiliza toda la potencialidad de fabricación existente en el territorio y más del 70 por ciento de esos renglones se adquieren por otras provincias.

Con razón los especialistas de Sanidad Vegetal en el territorio sostienen que, en sentido general, las empresas agrícolas “se desviven detrás de la lucha química en detrimento de la biológica”.

Para transformar ese panorama se necesita conceder a esa estrategia la misma importancia de un plan de producción. ¿Acaso depender menos de los químicos no es otra manera real de que el país rebaje importaciones?

El problema va mas allá de que si llega a tiempo el pesticida o el medio biológico se pierde del mercado; se trata, además, de utilizar con efectividad ambos renglones y distanciarse de esas teorías de que tal producto no sirve, no controla la plaga. Los expertos ubican reservas para lograr mayores rendimientos y producción en la correcta aplicación de todos los productos.

Otro ejemplo que atestigua el poco interés en esta área aparece en que hay productores que cumplen en los puntos de Gelma

—Suministro Agropecuario— con la regulación de comprar medios biológicos para poder adquirir los químicos, solo que después dejan en los mostradores los primeros.

Asociada a la atención fitosanitaria desde ambas alternativas aparece la peligrosa práctica en que incurren productores y jornaleros de aplicar estos productos sin los medios de protección adecuados, en franco peligro para la salud.

Mucho queda por realizar en Sancti Spíritus en función de extender el empleo de los productos de Labiofam, trabajar en el sellado, la conservación y avanzar hacia una comercialización directa al productor; mas, el desmedido uso de los químicos pone en riesgo la sostenibilidad agrícola del territorio porque, concentradas hoy en las producciones y ganancias, no en todas las sitierías se mira a mañana y, mucho menos, se piensa qué pasará con el suelo, el hábitat y el hombre.

José Luis Camellón

Texto de José Luis Camellón
Reportero de Escambray por más de 15 años. Especializado en temas económicos.

Comentario

  1. No cabe duda que los productos quimicos a la larga o a la corta se ve el efecto sobre los seres humanos pero por que no hacemos un llamado a los compañeros que realmente pueden y estan capacitamos y le demostramos a los campesinos en el campo y sobre los cultivos que es cierto que los productos biologicos sirven para los cultivos tanto para las plagas como para las enfermedades,por que no se recupera en todo los municipio y se hacen clases demostrativa a nivel de CPA,UBPC,CCS y granjas Estatales sobre estos productos yo pienso y es mi criterio muy personal que lo que ha fartado ha sido la poca capacitacion y divulgacio sobre estos medios biologico,se ha perdido la disciplina tecnologica en este tema si al final cada Municipio cuenta con una ETPP

Escambray se reserva el derecho de la publicación de los comentarios. No se harán visibles aquellos que sean denigrantes, ofensivos, difamatorios, o atenten contra la dignidad de una persona o grupo social, así como los que no guarden relación con el tema en cuestión.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *