A este destacado hombre de campo, radicado en la comunidad fomentense de La Guanábana, se dedica en esta ocasión la Feria Ganadera de Invierno en Sancti Spíritus
En medio de la multitud que asistió a la jornada inaugural de la Feria Ganadera de Invierno, la figura robusta y el andar pausado de Bienvenido Fernández de la Rosa llama la atención del público. Un sombrero de ala ancha que lo acompaña siempre y forma parte de su personalidad armoniza con sus manos quebradas por el trabajo y el rostro marcado por el paso de los años.
A él se dedica, en esta ocasión, el evento más importante de los hombres del campo en Sancti Spíritus. Así lo corrobora la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) al tener en cuenta su quehacer para reconocerlo con la condición Maestro Ganadero, atendiendo a su meritorio desempeño dentro del sector.
Residente en la comunidad La Guanábana, en el municipio de Fomento, Bienvenido relata momentos importantes de su amplia labor, primero como obrero y luego como dirigente en asociaciones campesinas, donde lo más significativo en toda esta etapa fue introducir la máquina moledora espirituana en 65 vaquerías y, a su vez, incrementar la siembra de forraje para potenciar la alimentación de la masa bovina.
“En ese entonces —año 1983— logré los mejores resultados productivos de una empresa rústica en el país, con el récord de entrega de 4 283 000 litros de leche en un año, así como la cifra de 22 000 litros enviados a la industria en un solo día”, comenta.
Mientras habla Bienvenido se regodea; sus gestos parecen trasladarlo en el tiempo y no falta la alusión al campesino Pedro cero por ciento, como se le conoció nacionalmente al inspirador de la película cubana de igual nombre, que reflejaba la hazaña productiva de dicho guajiro, cuando en la finca El Ñame, situada en las inmediaciones de las montañas fomentenses, se mantuvo por años con cero mortalidad animal, e impuso la marca de 3 700 litros de leche en un solo día.
“Yo tenía 15 años cuando me inicié en la ganadería, me hice técnico en Inseminación, en la escuela Victoria de Santa Clara. Desde entonces, todo lo relacionado con esta actividad despertó gran interés en mí, no había labor que yo no pudiera realizar, así llegué a ser hasta director de la Empresa Pecuaria Fomento en la década de los 80 y posteriormente en la de Arroyo Blanco, en Jatibonico.
“Hoy tengo 67 años y me dedico al cultivo del tabaco en mi propia finca, no crío ganado porque los suelos de que dispongo no son lo suficientemente grandes ni provechosos para esta actividad, pero de algo sí estoy seguro y es que para mí la ganadería es como un estímulo en el alma”.
Experiencia y exitos en la ganadería y està sembrando tabaco. Eso es como si el cirujano este de camarero o el dentista con un restaurante o el ingeniero como taxista.