Ante la persistencia del bloqueo de Estados Unidos contra Cuba, el colectivo del Centro Provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina, de Sancti Spíritus, no cesa en la búsqueda de soluciones técnicas
Los talleres semejan quirófanos, donde manos diestras salvan, sanan dolencias, a veces impensables. Máquinas de anestesia, incubadoras neonatales, compresores y autoclaves entran con diagnósticos casi letales; pero ninguno que el ingenio creador de técnicos, licenciados e ingenieros no remedie.
En el Centro Provincial de Ingeniería Clínica y Electromedicina, de Sancti Spíritus, la curación la pone el talento. Desde hace medio siglo, el bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos a Cuba provoca carencias de piezas de repuesto y la entrada al país de componentes esenciales para mantener la vitalidad de los equipos y medios.
En una cruzada contra estos molinos de viento, en el actual año cerca de 11 400 equipos médicos inhabilitados en hospitales, consultorios, policlínicos y casas de abuelos del territorio han logrado recuperarse desde los tornos y las mesas de trabajo. Solo en mobiliario clínico, ello representa un ahorro de más de 133 450 pesos.
A GRANDES MALES…
Por más que la tuerca apriete —dicho en buen cubano—, las soluciones no tardan en llegar. “Buena parte de la tecnología instalada en los centros asistenciales de la provincia es de importación —revela Jorge Luis de la Cruz Hernández, director del centro—, y las carencias de piezas de repuesto siempre golpean. Nuestros innovadores y racionalizadores lograron construir dispositivos para reparar tarjetas electrónicas, autoclaves, motocompresores, equipos de Rayos X. A ellos debemos el diseño de la pieza que echó a andar nuevamente el tomógrafo del Hospital Provincial Camilo Cienfuegos”.
De cuántas energías se ponen en función de una alternativa sabe sobradamente José Ramón Valdés (El Checo), quien preside la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (ANIR) en la mencionada entidad. Desde hace más de cuatro décadas, anda entre bielas, pistones, aros… y no se permite pesimismos, admite este hombre.
“Con la mente positiva siempre hallas una salida. En función de la Campaña de Lucha Antivectorial construimos un equipo de medición que comprueba la bujía y las bobinas de las bazucas y, además, las arranca cuando no tienen pilas. En casi cuatro años, esta inventiva ha ahorrado al país más de 40 000 pesos. Antes se nos llenaba el departamento de bazucas; ahora entran y salen al momento”, señala El Checo.
Ángel David Pérez, al frente del Departamento de Esterilización y Estomatología, también arma y desarma los rompecabezas de carencias originadas por el cerco estadounidense.
“Aquí nada se bota, todo sirve. El servicio de Estomatología de Yaguajay estuvo interrumpido por roturas del compresor y ya está arreglado con aros de otro que pudimos recuperar. Hasta el más pequeño tornillo tiene su valor”.
Ante la obsolescencia tecnológica, toda solución es bienvenida, asevera el ingeniero mecánico Francisco del Arco Gómez, presidente del Fórum de Ciencia y Técnica en ese colectivo, quien destaca la participación activa de más de un centenar de trabajadores en la fabricación y recuperación de piezas de repuesto y en la sustitución de importaciones.
Gracias a la iniciativa de estos hombres y mujeres, cuatro inventivas relevantes concebidas por los electromédicos de la provincia representaron a Sancti Spíritus en la exposición nacional Aniversario 40 de la ANIR, celebrada recientemente en La Habana.
Y se colocan la razón y el corazón a que respiren juntos en cada acto de resucitación que significa poner en funcionamiento nuevamente una máquina de anestesia, una incubadora neonatal o un monitor del salón de operaciones.
“En el Departamento de Soporte de Vida, que tiene que ver con la ventilación mecánica de los pacientes de cuidado al grave —explica el ingeniero Liván Rodríguez—, las tecnologías son muy costosas. Normalmente a precio de feria, como se le dice en nuestros eventos, una máquina de anestesia oscila entre 20 000 y 30 000 dólares.
“En estos momentos estamos enfrascados en la recuperación de cuatro máquinas de anestesia; con esto el país ahorraría alrededor de 80 000 dólares. Para nosotros estas cifras cuentan, pero nos importa más la persona a la que devolvemos un servicio del que depende su vida la mayoría de las veces”, reflexiona.
LOS HECHOS HABLAN
A juzgar por los hechos, el bloqueo contra Cuba continúa siendo el sistema de sanciones unilaterales más injusto y prolongado impuesto a país alguno en el mundo.
A más de 2 624 millones de dólares asciende la afectación monetaria acumulada debido al bloqueo en la Salud Pública, según consta en el informe que presentará la Mayor de las Antillas el 26 de octubre venidero ante la Asamblea General de Naciones Unidas. En la etapa que abarca el documento, los perjuicios aumentaron a una cifra superior a los 82 millones de dólares, más de 5 millones en relación con el período comprendido entre abril del 2014 y abril del 2015.
Según el propio informe, persisten, entre otras, las prohibiciones de importar equipos con componentes y tecnologías estadounidenses, incluidos los médicos, así como la imposibilidad de acceder a patentes norteamericanas y a productos, tecnologías o equipos protegidos por estas, así como a aparatos indispensables para los tratamientos quirúrgicos menos intrusivos y con menos efectos negativos.
Estados Unidos, líder mundial de la industria de dispositivos médicos, impone estas trabas que implican la compra a través de terceros países y erogaciones financieras considerables.
“Mire, periodista, le explico. Estos electrodos son importados desde muy lejos, desde Japón, y aquí los hacemos con cualquier bujía, aunque no sirva para más nada en un carro. Aquí se sale de un invento para otro”, indica El Checo, mientras se sumerge dentro de su taller con la cabeza puesta en otra solución técnica, como el resto de sus colegas, quienes siempre tienen de alta la creatividad.
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