A dos días del plebiscito convocado para refrendar los acuerdos de paz, las entidades colombianas involucradas en ese procedimiento perfilan detalles a fin de garantizar el éxito del sufragio
La ciudadanía dirá el domingo la última palabra sobre los consensos suscritos entre el Gobierno y las insurgentes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), paso previo y obligatorio para aplicar el conjunto de convenios los cuales son fruto de casi cuatro años de conversaciones en Cuba.
Según el Registrador Nacional, Juan Carlos Galindo, luego del ataque informático o hackeo sufrido por la plataforma de esa entidad, expertos realizaron una operación adicional de seguridad que la puso a salvo y lista, reseñó el diario El Tiempo.
Unos 34 millones de colombianos podrán participar en la próxima jornada, aunque serán necesarios sólo cuatro millones y medio de votos para validar los convenios logrados en La Habana y rubricados de manera oficial en Cartagena de Indias el pasado lunes, con los cuales ambas partes se comprometen a terminar un largo conflicto bélico.
La idea es que sea la población quien avale finalmente el documento conclusivo de las pláticas en la capital cubana, firmado ante unos dos mil invitados por el presidente Juan Manuel Santos y el líder de las FARC-EP, Timoleón Jiménez.
Fundadora de Colombianos y Colombianas por la Paz, la excongresista y defensora de derechos humanos Piedad Córdoba declaró a Prensa Latina que desde la izquierda en alianza con otras fuerzas trabajan sin descanso para conseguir el mayor respaldo posible al Sí en el plebiscito, abrir las puertas a la implementación de lo consensuado y con ella a la construcción de un escenario de distensión y reconciliación.
Desde hace 59 años los colombianos no acuden a las urnas con el objetivo de votar en un ejercicio democrático de ese tipo, entonces fueron citados para aprobar la reforma de 14 artículos incluidos en la Constitución de 1886.
En caso de que gane el Sí, como pronostican las encuestas, el Congreso deberá tramitar las normas necesarias para desarrollar lo concertado y los actuales guerrilleros procederán a entregar sus armas.
Pero el triunfo del No, opción que la izquierda y otros actores del escenario nacional consideran improbable, abriría una gran interrogante en torno al futuro del proceso de paz con esa agrupación rebelde -la principal involucrada en la guerra interna-.
El abogado Humberto de la Calle, quien fungió como jefe de los voceros gubernamentales en los diálogos con las FARC-EP, fue claro al descartar una renegociación de los pactos conseguidos tras espinosas discusiones en la mesa de encuentro instalada en Cuba en 2012.
Interrogado al respecto el jurista español Enrique Santiago, asesor jurídico de esa guerrilla, consideró que en el peor de los escenarios deberían encontrarse otras fórmulas que permitieran seguir adelante con la decisión manifiesta de las partes de acabar la confrontación.
De momento en las calles son visibles los carteles y banderas con los cuales simpatizantes y detractores de los acuerdos de paz invitan a votar a la gente, unos a favor y otros en contra.
No nos dejaremos arrebatar esta victoria, comentó el senador Iván Cepeda -impulsor de los diálogos con la insurgencia- en un acto celebrado en el Museo Histórico de Cartagena.
Más de 300 mil efectivos de la Fuerza Pública custodiarán los centros de sufragio el 2 de octubre, ocasión cuando los ciudadanos realizarán el voto de sus vidas, enfatizó el Alto Comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo.
Los caballeros de blanco traeran mejoras para Colombia.